La Justicia da la razón a las jerónimas y les reconoce la titularidad del convento de Santa Isabel en Palma de Mallorca

Las religiosas han manifestado, en una rueda de prensa, “haber sufrido mucho” por el enfrentamiento con el Obispado por la titularidad del recinto

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La Federación Jerónima de Santa Paula, concretamente, el monasterio de Santa Isabel de Palma de Mallorca, ha informado este viernes de la sentencia a su favor por parte del Juzgado de Primera Instancia número 9 de Palma, que ha declarado que las religiosas son propietarias del Monasterio.



Tal como recoge Europa Press, las religiosas han manifestado, en una rueda de prensa, “haber sufrido mucho” por el enfrentamiento con el Obispado por la titularidad del monasterio, que ahora la Justicia ha reconocido como propiedad de la orden religiosa.

Según ha expresado la presidenta de la Federación de Monasterios de Monjas Jerónimas de Santa Paula y Priora ad nutum Sanctae Sedis, del Monasterio de Santa Isabel de Palma, sor Ángeles Sanz Rodríguez, OSH (Sor Natividad, su nombre religioso), “la sentencia que acredita a las religiosas de la Orden de San Jerónimo como las propietarias del Monasterio de Santa Isabel es un acontecimiento esperado pero, a la vez, doloroso, por el escándalo que ha significado el no haber sido capaces de llegar a acuerdos entre quien forma la iglesia católica”.

“Se ha hecho justicia”

“La sentencia no es un triunfo para quienes formamos parte de la Orden de San Jerónimo, sino simplemente la verdad saliendo a la luz”, ha añadido la religiosa, haciendo hincapié en que en ella “se reafirma la providencia de Dios”. Asimismo, la religiosa ha subrayado que “tener que tratar en los tribunales este tema, con alguien tan de la iglesia como el obispo, es doloroso”. “Tal vez han sido sus colaboradores quien le han llevado a ella”, ha añadido, excusando a Sebastià Taltavull.

Por su parte, Maria del Pilar Rosselló, letrada directora del procedimiento, ha valorado que pese a que “el camino ha sido largo” al final “se ha hecho justicia” porque, ha continuado diciendo “las jerónimas han visto reconocido su derecho de propiedad del Monasterio de Santa Isabel, que han poseído en concepto de dueñas y habitado desde 1485 hasta su traslado a Inca en 2014”.

“Las religiosas de la Orden de San Jerónimo nunca salieron del Monasterio de Santa Isabel, ni siquiera por razones históricas, como la desamortización o la Guerra Civil, cuando un avión se estrelló contra el edificio, falleciendo dos de las hermanas”, ha explicado la abogada.

Siglos de historia de la congregación

“Al crisol de este proceso judicial, ha relucido una verdad incontestable, como es el título de dominio de las fincas que integran el patrimonio de las religiosas”, ha celebrado Roselló. Un hecho que ha sido probado “gracias a más de 140 documentos, la práctica totalidad de ellos públicos y no desconocidos por el Obispado, puesto que constan en el Archivo Diocesano por imposición del Derecho Canónico”.

“El obispo Salinas y Taltavull han tenido el deber de conocer y custodiar algunos de estos documentos, como los que acreditan que el obispo Campins y el obispo Miralles certificaron que este convento y las viviendas que formaban el complejo monacal son y han sido siempre de las religiosas de la Orden de San Jerónimo“, explica. “Es más, la primera vez que recibieron esta propiedad fue por atribución pontificia del papa Inocencio VIII, siendo esta posteriormente, en 1492, refrendada por Alejandro VI, el llamado papa Borgia, quien además fue obispo de Mallorca”.

Para la letrada, “no es de recibo, por tanto, que la Iglesia Católica quiera ahora usurpar la titularidad de este Monasterio a las religiosas, menos aún cuando, durante todo el siglo XX éstas han llevado a cabo importantes inversiones para su reparación, después que en 1937 fuera en parte derruido cuando un avión de la Guerra Civil se estrelló contra él y fallecieron dos hermanas”, ha aseverado, añadiendo que “cuando este triste hecho ocurrió, el entonces obispo Miralles fue el primero en comparecer y donar 1.000 pesetas, algo que no hubiese hecho de ser el propietario, porque ello le hubiese obligado a hacerse cargo de toda la reparación”.

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