El obispo de Toulon admite “errores de discernimiento” en la acogida y acompañamiento de vocaciones

A principios de junio, la Santa Sede echaba el freno a las ordenaciones sacerdotales previstas en la diócesis

Tres semanas se ha demorado la respuesta de Dominique Rey, obispo de la diócesis francesa de Fréjus-Toulon, después de que el Vaticano suspendiera las ordenaciones sacerdotales previstas para este mes de junio tras una visita del cardenal arzobispo de Marsella, Jean-Marc Avelin.



“Hace tres semanas, a petición de Roma, anuncié la suspensión de las ordenaciones que debían reunirnos hoy. Entre los sacerdotes, como entre vosotros, queridos fieles, esta decisión romana ha sembrado legítimas molestias, cuya magnitud puedo medir”, dice Rey en un comunicado en el que reconoce que “en 22 años de episcopado he podido cometer errores de discernimiento” en la acogida y acompañamiento de las nuevas vocaciones.

Para el prelado, esta suspensión de ordenaciones requiere “seguimiento y aclaración” y, para ello, ha subrayado que está “en diálogo con las autoridades romanas, más directamente con el cardenal Ouellet, para plantear las cuestiones que quedan y encontrar todos los medios posibles para mejorar el funcionamiento de la diócesis, el acompañamiento de las comunidades, la acogida y la formación de las vocaciones”.

Presencia de comunidades tradicionalistas

Una de las principales dudas de Roma a la hora de detener las ordenaciones se presentaba a raíz de la reestructuración del seminario diocesano, así como de su discernimiento a la hora de acoger a seminaristas. De hecho, se trata del tercer seminario más prolífico de Francia, en gran parte debido a que en él se acogen seminaristas de diversos puntos del mundo, pero en el que también destaca el número de jóvenes pertenecientes a comunidades tradicionalistas.

En este sentido, Rey reconoce que el seminario “se distingue por la presencia de candidatos pertenecientes a comunidades de sensibilidades litúrgicas y diversos carismas eclesiales“. “La armonía de este conjunto fue percibida por nuestros visitantes, al mismo tiempo que notaron el desafío constante que representaba esta unidad”, explica en el comunicado.

“En efecto”, continúa, “es el origen de las vocaciones y la pluralidad de caminos formativos lo que puede haber suscitado interrogantes en Roma, y no cuestiones morales como quizás algunos hayan temido, al igual que la composición diversificada de nuestro presbiterio o incluso la presencia de muchas comunidades con la dificultad a veces de la diócesis de acompañarlas e integrarlas”.

Así, Rey asegura que, si bien “el lugar del mundo tradicionalista en nuestro seminario y en la diócesis es también uno de los puntos sensibles planteados” por las congregaciones romanas, “siempre he buscado integrar esta corriente, dentro de una verdadera comunión eclesial, en fidelidad con el Santo Padre y con el magisterio romano, en particular el Concilio Vaticano II”. De hecho, el obispo se muestra convencido de que es la diversidad de sensibilidades y carismas lo que contribuye a “infundir un verdadero dinamismo al anuncio del Evangelio”.

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