El obispo auxiliar de Kamyanets-Podilskyi, Radoslaw Zmitrowicz, ha dado la voz de alarma porque la ayuda humanitaria internacional que llega a Ucrania está disminuyendo en el país y “la gente se está quedando sin recursos“.
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En conversación con Ayuda a la Iglesia Necesitada, el pastor lamentó que, precisamente, en los momentos en que “la gente necesita ayuda, cada vez más. La ayuda humanitaria está disminuyendo. La falta de combustible está siendo una dificultad”, añadió. Unas palabras que recogen uno de los temores del papa Francisco, que alertó sobre la posibilidad de que esto acabara ocurriendo por el cansancio de la sociedad “de conflictos largos”.
El prelado destacó que la “Iglesia está totalmente movilizada para acoger a los que han perdido todo lo que tenían, a los que se han visto obligados a huir de las zonas de combate, a las familias que están en la situación más desesperada, ya casi sin recursos”. Por eso, “Todas nuestras casas, en la diócesis, están llenas de gente, de refugiados. Pero la gente se está quedando sin recursos y pide ayuda para sobrevivir. Hay muchos refugiados que están en casas particulares, de familiares, otros han alquilado casas, pero ahora necesitan encontrar otras más baratas, porque es difícil pagar el alquiler“, indicó, señalando el ejemplo de su diócesis, situada cerca de la frontera con Moldavia y Rumanía.
“Lo peor está por llegar”
Sin embargo, las peores secuelas no aflorarán de manera inmediata, sino que irán apareciendo poco a poco. Así, las consecuencias psicológicas, espirituales, físicas y humanitarias, incluso familiares, se dejarán sentir más adelante. Por ello, Zmitrowicz explicó que “han comenzado los servicios psicológicos” y que un “sacerdote está participando en este proceso” en una de las casas.
“Sólo Dios puede sanar estas profundas heridas. Sólo Dios puede responder a la pregunta de por qué estamos sufriendo de esta manera”, dijo el obispo. Aunque la guerra ahora ocupa todo, el pastor resalta que “en Ucrania teníamos problemas antes de la guerra, como una amplia corrupción y unos altísimos niveles de aborto. Es importante que terminemos el conflicto mejores que cuando empezó”.
“La gente reza, reza y reza”
Entre tanto sufrimiento, tanta miseria y dolor, el pastor quiso destacar que “también hay cosas buenas. La gente ofrece su vida, hay solidaridad, la gente se ayuda“, subrayó.
Respecto a la parte espiritual, Zmitrowicz apuntó que, en estos momentos, “la gente reza mucho. En Ucrania, Alemania, Polonia… en sus países. La gente reza, reza y reza. Es sorprendente; no se trata sólo de una guerra militar, sino también espiritual, y depende de nuestra conversión”.
