Welby avisa a Johnson: la Iglesia anglicana no será un “observador pasivo” de su política migratoria

El pasado 14 de abril, el primer ministro anunciaba que cualquier persona que cruzase el Canal de la Mancha de forma ilegal hacia Reino Unido podría ser deportada a Ruanda

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, durante una misa archivo

La batalla dialéctica entre el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el primer ministro británico, Boris Johnson, continua a causa de la nueva política migratoria del Gobierno. Esta vez, Welby ha advertido a Johnson de que la Iglesia de Inglaterra no será “un observador pasivo de la política migratoria”.



Todo comenzó cuando, el pasado 14 de abril, Johnson anunciaba que, a partir de ahora –y con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2022– cualquier persona que cruzase el Canal de la Mancha de forma ilegal hacia Reino Unido podría ser deportada a Ruanda, país con el que su Gobierno ha llegado a un millonario acuerdo para que acoja a los migrantes.

En su homilía de Pascua, Welby señalaba que existen “cuestiones éticas serias” sobre el envío de solicitantes de asilo al extranjero planteado por el católico Boris Johnson. “Esta medida no puede llevar el peso de nuestra responsabilidad nacional como país formado por valores cristianos, porque subcontratar nuestras responsabilidades, incluso a un país que busca hacer las cosas bien como Ruanda, es lo opuesto a la naturaleza de Dios, ya que él mismo tomó responsabilidad de nuestros fracasos”, aseveraba, ante lo cual Johnson solo contestaba que se había “malinterpretado” la intención del Gobierno.

Dar la bienvenida a los migrantes

Ahora, en un artículo escrito por él mismo en The Daily Telegraph, Welby ha recordado que “algunos de mis compañeros obispos, clérigos y fieles llegaron al Reino Unido escapando de la persecución o el conflicto”. Asimismo, ha subrayado que, desde la Iglesia anglicana, “damos la bienvenida y servimos a los solicitantes de asilo en todos los niveles de la sociedad, desde proporcionar vivienda, bancos de alimentos, apoyo social y amistad, hasta examinar la legislación en los Lores”.

Por último, el arzobispo ha apuntado que “el gobierno y la Iglesia no son lo mismo, pero seguramente todos debemos querer poner la humanidad y la justicia en el corazón de nuestro sistema de asilo.Es por eso que la Iglesia ha pedido rutas seguras y legales para los solicitantes de asilo, haciendo que las visas estén disponibles por razones humanitarias y ayudando a las familias a reunirse”.

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