Pedro Castillo, presidente de Perú, ha decretado una orden de inamovilidad –toque de queda– en Lima y el Callao este 05 de abril, luego de recibir “informes de inteligencia de la Policía Nacional del Perú sobre la compleja problemática de seguridad” a causa de las protestas de transportistas y agricultores.
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Por ello, los obispos del país han expresado su inconformidad ante “el sorpresivo decreto de inmovilización social obligatorio” que “atenta contra los Derechos básicos del pueblo, como es el ejercicio pleno de la libertad de todo ciudadano”.
“Consideramos que esta medida es desproporcionada y el Gobierno debe transparentar el porqué de su decisión. Esto es casi como un Estado de Sitio que solo aplica, según nuestra Constitución, a casos de invasión, guerra exterior y guerra civil”, añadieron.
Rápidas soluciones
Por otra parte, los prelados han indicado que “la ciudadanía interpreta que esta medida se impone como un hecho improvisado ante la poca capacidad del Gobierno para manejar los conflictos sociales surgidos en estos días en muchas partes del país”.
“Invocamos al Gobierno a dejar sin efecto esta medida que afecta gravemente a todos, pero en especial a los más pobres que tienen que buscar diariamente alimento para sus familias. Recordemos que más del 70% de los trabajadores del Perú son informales”, han dicho.
En tanto, insisten tanto al Gobierno como al Parlamento encontrar “una solución rápida y saludable a esta crisis”.
Foto: EFE
