María José Díez: “Desde hace 20 años, la Iglesia española responde a la necesidad de acompañar a las víctimas de abusos”

La experta del Servicio de Coordinación de las oficinas de atención a las víctimas ha participado hoy en las II Jornadas para las Oficinas de Protección de Menores

“A lo largo de los últimos 20 años, la Iglesia española ha respondido, por un lado, a la necesidad de atender y acompañar a las personas que han sufrido abusos sexuales, pero también de poder y de consciente”. Así lo ha apuntado María José Díez, miembro del Servicio de Coordinación de las oficinas de atención a las víctimas de abusos presentes en las diócesis españolas, quien ha participado hoy en las II Jornadas para las Oficinas de Protección de Menores que se está celebrando en Madrid.



“Por otro lado”, ha continuado, “conscientes de que esto no puede repetirse, se han creado numerosos servicios de atención y acompañamiento a víctimas”. Asimismo, Díez ha señalado que el trabajo que se viene realizando desde las delegaciones episcopales y las oficinas, es “no solo de atención, sino de acogida y acompañamiento, que es lo que tiene que diferenciar a la Iglesia de otros servicios que puede haber”.

Sobre la necesidad de los protocolos, Díez ha apuntado que “una de las primeras dificultades a la hora de responder a esta problemática es la falta de unas líneas operativas que redactasen la actuación eficaz ante una sospecha o denuncia”. Y es que “solo el Derecho Canónico y algunos documentos pontificios establecían el procedimiento que, orientado únicamente al sospechoso, dejaba una importante laguna sobre cómo actuar con los denunciantes”.

Acogida paralela

A esta había que añadir otra dificultad: “la falta de concreción acerca de cómo tiene que ser el trato con menores en actividades formativas y pastorales, dejándolo al sentido común de manera que podían surgir situaciones de riesgo”.

Por otro lado, Díez ha señalado que los protocolos de actuación para las diócesis deben recoger “anexos e infografías, códigos de buenas prácticas y procedimientos de actuación”. Así como también “modelos de acogida, escucha y de comunicación dentro de la institución como una buena comunicación social sobre estas cuestiones”.

“El acompañamiento y la acogida debe hacerse de forma paralela a un posible tratamiento psicológico o psiquiátrico”, ha matizado Díez, quien ha recordado, además que también debe hacerse un trabajo con los victimarios.

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