El Papa vuelve a pedir en la audiencia general que acabe “esta monstruosidad” de la guerra en Ucrania

Francisco habla en su catequesis de su viaje este fin de semana a Malta, un país al que agradece la acogida de “tantos hermanos y hermanas en busca de refugio” cuando tratan de llegar a Europa cruzando el Mediterráneo

El papa Francisco, en la audiencia general en el aula Pablo VI

En la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el papa Francisco hizo un nuevo llamamiento a favor de la paz en Ucrania al saludar a un grupo de niños procedentes de ese país de Europa del Este que estaban presentes en la catequesis. “Volvemos a pensar en esta monstruosidad de la guerra y renovamos la oración para que se pare esta crueldad salvaje que es la guerra”, dijo el Pontífice, que también se refirió a su próximo viaje a Malta, donde estará este sábado y domingo.



“En esa tierra luminosa seré peregrino siguiendo las huellas del apóstol Pablo, que fue acogido con gran humanidad tras naufragar cuando se dirigía hacia Roma”, comentó Jorge Mario Bergoglio, destacando que este nuevo viaje apostólico es también una ocasión para “ir a las fuentes del Evangelio” y para conocer a una comunidad cristiana “de historia milenaria y vivaz”. Al hablar de la inminente visita mencionó el esfuerzo de las autoridades y la población maltesa para acoger a “tantos hermanos y hermanas en busca de refugio”, refiriéndose a los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo tratando de llegar a Europa. También dio las gracias a quienes han preparado la visita.

En la audiencia general Francisco continuó con su ciclo de catequesis sobre los ancianos, deteniéndose en esta ocasión en las figuras de Simeón y Ana y poniéndolos como un ejemplo a seguir por cómo “la fidelidad de la espera afina los sentidos”. Cuando la vejez se ejercita en “la espera de la visita de Dios no perderá su paso: es más, estará también más preparada a acogerla. Tendrá más sensibilidad para acoger al Señor cuando pasa”.

“Anestesia de los sentidos espirituales”

En la sociedad contemporánea, en la que se cultiva “la ilusión de la eterna juventud”, abunda en cambio la “anestesia de los sentidos espirituales”, algo “feo” y cuyo rasgo “más peligroso está en el hecho de que esta es mayoritariamente inconsciente”. Esa falta de sensibilidad provoca que no se entienda “la compasión ni la piedad” y que tampoco te avergüences cuando haces algo malo, dijo el Papa. “En una sociedad que ejerce principalmente la sensibilidad por el disfrute, disminuye la atención a los frágiles y prevalece la competencia de los vencedores”.

Cuando en cambio se llega a la vejez habiendo cultivado “la sensibilidad del alma”, se logra “apagar toda envidia entre las generaciones, todo resentimiento, toda recriminación por una venida de Dios en la generación venidera, que llega junto con la despedida de la propia”. La “sensibilidad espiritual de la edad anciana” es así capaz “de abatir la competición y el conflicto entre las generaciones de forma creíble y definitiva”.

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