Señales vaticanas contra el maltrato

Lucilla tras una cortina roja. Anna con un vestido –también rojo sangre– paseando por el bosque. Valentina apenas intuyéndose detrás de una puerta y un reflejo, otra vez rojizo, de luz solar. Sara con las llaves de una casa refugio. Lucilla, Ana, Valentina y Sara son las cuatro mujeres protagonistas de Segni, la exposición con la que el Vaticano muestra en el Museo de Roma su “proyecto pedagógico, fotográfico y de comunicación para sensibilizar a los jóvenes y prevenir la violencia contra las mujeres”, según lo describe una de sus comisarias, la catedrática Consuelo Corradi.



Las 42 fotografías que reúne la muestra son obra de Simona Ghizzoni (Reggio Emilia, 1977)  –con la historia de Lucilla y Anna– y de Ilaria Magliocchetti Lombi (Roma, 1985) –quien desarrolla la de Valentina y Sara–. Ambas son las artistas elegidas por Consuelo Corradi y Alessandra Mauro, comisarias de una exposición, cuanto menos, necesaria y valiente: “Lo que une a estas fotografías es el enfoque que pone el objetivo en detalles aparentemente insignificantes que, en cambio, resultan ser señales, pistas para identificar comportamientos o dinámicas violentas en una fase temprana”, afirma Corradi.

La exposición, organizada por el Consejo Pontificio de la Cultura, a través del Atrio de los Gentiles y de su Consulta Femminile, no pretende ser –según apunta Corradi– “un puñetazo en el estómago”, sino evocar, conmover, invitar a reflexionar y también a la acción para frenar esa lacra. “Las fotos son evocadoras, pero no se ven los moratones, las heridas físicas, sino que recuerdan estados de ánimo y puntos de inflexión en la vida de las mujeres”, relata la comisaria.

Ghizzoni y Lombi han creado cuatro “historias de redención”, cuatro relatos fotográficos elaborados a partir de testimonios de mujeres víctimas de violencia de género que son también historias de superación, de cómo se logra escapar, vencer y crecer. “Son historias de esperanza”, resume Corradi, que es catedrática de Sociología en la Libera Università degli Studi Maria Ss. Assunta di Roma (LUMSA).

Historias de esperanza

“Las imágenes también pueden representar los estados de ánimo de muchas cosas, pero la historia es importante –añade Corradi en el catálogo–. Acompañamos la exposición con publicaciones, datos científicos, incluso de fuera de Italia. La redención es una de las formas de leer las historias de las mujeres que aparecen en la exposición, de diferentes edades, de diferentes nacionalidades, pero el punto en común es que se puede salir de la violencia, así que todas son historias de esperanza”.

La muestra sirve para dar visibilidad al proyecto que ha puesto en marcha este foro sobre mujer –la Consulta Femminile– creado en 2017 por el Consejo Pontificio de la Cultura y del que forman parte, entre otras, tanto Corradi como Mauro. “No se trataba tanto de contar la historia de la violencia contra las mujeres –explica esta última–, sino de crear un proyecto que pueda dirigirse sobre todo a las escuelas, para que, a través de un lenguaje que todo el mundo conoce y utiliza, como es la fotografía, puedan entender cuáles son los signos de la violencia”.

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