El papa Francisco no se detuvo ante los gritos que daba un hombre de mediana edad mientras recitaba la oración a san José con la que terminó su catequesis de este miércoles durante la audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano. Una vez concluido el rezo, eso sí, trató de tranquilizar a los fieles y peregrinos presentes quitándole hierro a este suceso.
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“Hemos oído a una persona que gritaba, a un hermano con algún problema, no sé sé si físico o psíquico. Si grita es porque sufre. Rezo por él, no podemos ser sordos ante este hermano”, comentó con naturalidad el Pontífice y rezando a continuación un Ave María por el hombre que gritaba, al que se llevaron dos miembros de la seguridad vaticana sin utilizar la fuerza.
En sus saludos en los distintos idiomas en la parte final de la audiencia general, Jorge Mario Bergoglio pidió también oraciones por todos los religiosos, las religiosas y los miembros de las sociedades de vida apostólica con motivo de la celebración este miércoles de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
“Conciliación” para Myanmar
Recordó “con dolor” más adelante el obispo de Roma los episodios violentos que “ensangrientan” Myanmar (antigua Birmania) y pidió “conciliación” entre las partes enfrentadas en este país del sureste asiático. “No podemos mirar hacia otro lado frente al sufrimiento de tantos hermanos, pidamos a Dios consolación para esta población martirizada, a Él confiamos las esperanzas de paz”, dijo.
Al terminar su catequesis, el Papa aprovechó para recordar que, este viernes, se celebra la II Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, que conmemora la firma del ‘Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común’ realizada por el propio Francisco en febrero de 2019 en Abu Dhabi junto al jeque Ahmed al Tayyeb, Gran Imán de Al Azhar y figura de referencia para los musulmanes sunníes. “Hoy es tiempo de fraternidad, de evitar choques, divisiones y cierres. Esforcémonos para que todos podamos vivir en paz, como hermanos y hermanas”, pidió Bergoglio.
El deporte, puente “de amistad y solidaridad”
Este viernes también comienzan los Juegos Olímpicos Invernales que se celebran en Pekín hasta el 4 de marzo. “Saludo de corazón a todos los participantes y auguro a los organizadores los mejores éxitos y los atletas que den lo mejor de sí. El deporte con su lenguaje universal puede construir puentes de amistad y solidaridad entre los distintos pueblos”, destacó el Pontífice, celebrando además que en el lema de las Olimpiadas, ‘Citius, altius, fortius’ (Más rápido, más alto, más fuerte), se haya sumado por sugerencia del Vaticano el término ‘communiter‘ (juntos).
La catequesis del Papa estuvo dedicada una vez más a la figura de san José, deteniéndose en esta ocasión en ese “importante artículo de fe que puede enriquecer nuestra vida cristiana” que es “la comunión de los santos”. Francisco destacó primero que “no son los santos los que realizan los milagros”, sino que se trata de “la gracia de Dios que actúa a través de ellos”. Los milagros, insistió después, “los hace Dios, que actúa a través de una persona santa y justa”. El santo es “un intercesor”, por lo que resulta “equivocado creer en un santo y no en Dios”.
Tras presentar a los santos como “amigos” con los que es posible “tejer relaciones de amistad”, subrayó la importancia de ésta. “Todos nosotros sabemos que a un amigo podemos dirigirnos siempre, sobre todo cuando estamos en dificultad y necesitamos ayuda. Tenemos amigos en el cielo. Todos necesitamos amigos; todos necesitamos relaciones significativas que nos ayuden a afrontar la vida. También Jesús tenía a sus amigos”, comentó.
