Garachana, presidente del Episcopado hondureño: “Xiomara Castro cataliza las aspiraciones del pueblo”

Tras el saludo ayer del cardenal Maradiaga a la nueva presidenta, hoy el obispo de San Pedro Sula también valora el cambio en Vida Nueva

Si ayer era el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga el que saludaba desde Vida Nueva la llegada a la presidencia de Honduras de Xiomara Castro, hoy es el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de San Pedro Sula, el claretiano español Ángel Garachana, quien, también en conversación con este medio, apela a la concordia en esta nueva etapa, con la que parece cerrarse definitivamente la herida abierta en 2009 con la abrupta salida del poder del también izquierdista Manuel Zelaya.



Así, Garachana ofrece una mirada de esperanza: “Tengo la convicción de que el pueblo hondureño, en las elecciones generales del pasado 28 de noviembre, expresó dos deseos que yo recojo en dos frases lapidarias: ‘Basta ya’, ‘queremos un cambio’”.

“Basta ya”

Así, este “basta ya” es el eco “de una catástrofe económica que pone en pobreza extrema a la mitad de la población, de la corrupción arraigada, impune y contagiosa, de violencia pandémica, del resquebrajamiento del Estado de Derecho…”. Del mismo modo, el “queremos un cambio” se traduce en que la elección de Xiomara Castro “expresa y recoge este deseo de cambio. Su persona y su programa son como un catalizador de las aspiraciones del pueblo. Despiertan muchas esperanzas y levantan el ánimo de un pueblo que estaba abatido por la decepción y el desencanto”.

Sobre la llamada de la presidenta a “refundar un Estado socialista y democrático”, el claretiano cree que esa tarea “comienza por el restablecimiento al respeto del ser humano, la inviolabilidad de la vida, la seguridad de los ciudadanos”. “Nos refundamos –enfatiza– sobre los valores soberanos y queremos sentar las bases del combate frontal a la corrupción”. De ahí que “tengamos el deber de restaurar el sistema económico sobre la base de la transparencia, la eficacia y la justicia social”, concentrándose todos los esfuerzos en “la educación, la salud y el empleo”.

Signos fehacientes

Ante esta hoja de ruta, Garachana valora que “la propuesta incide en los puntos neurálgicos de la tragedia social y económica que enfrenta Honduras”. Eso sí, conscientes de que “su realización requiere tiempo, procesos, profesionalidad, ética y diálogo. Y es importante que, ya desde el principio, el Gobierno ofrezca signos de una voluntad clara y eficaz de cambio y dé pasos concretos de coherencia entre las obras y las palabras”.

“Si no sucediera así –advierte–, existe el peligro de que cunda de nuevo la decepción, el pueblo se sienta abandonado, continúe imparable la migración y surjan comportamientos sociales peligrosos”.

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