El arzobispo de Dublin augura un “cambio radical” en la Iglesia

Dermot Farrell presentó el “Informe del Grupo de Trabajo Construyendo Esperanza”, un plan estratégico para la renovación pastoral

El arzobispo de Dublín, Dermot Farrell, aseguró que “se avecina un cambio radical en la Iglesia”, que supondrá una renovación de la energía y nuevas formas de ministerio. Para el prelado, “el papa Francisco nos está ofreciendo una forma de ser Iglesia, el camino sinodal, de caminar juntos más estrechamente y ser una iglesia llena de esperanza, a pesar de muchos desafíos”.



Esperanza en el futuro

El obispo que lleva un año al frente de la diócesis más importante de Irlanda afronta con esperanza los retos del futuro y eso que conoce bien el estado de su Iglesia ya que en noviembre ha publicado el “Informe del Grupo de Trabajo Construyendo Esperanza”, un plan estratégico para la renovación pastoral en medio de grandes desafíos como el colapso de los ingresos y del número de sacerdotes. Ahora, “con un fuerte compromiso del clero y de los fieles laicos y el ministerio de las comunidades parroquiales, vamos a experimentar una renovación de la energía y la adopción de nuevas formas de alcance y ministerio”, aseguró en declaraciones a CNS.

“Algunas formas de vida eclesiástica pueden estar desapareciendo. Una vez que aceptamos esto, no significa resignación o impotencia, sino nuevas responsabilidades para la misión”, destaca el obispo que tiene una diócesis en la que más de un tercio de sus sacerdotes tienen más de 70 años y solo hay dos seminaristas. Pero asegura que “no estamos indefensos ante el futuro” y que “los cambios que se producirán los haremos juntos como diócesis. Nuestras estructuras parroquiales deben estar preparadas para el futuro. La renovación tiene que estar arraigada en la reflexión, la oración y la conversión, si quiere inspirar y apoyar una fe viva”. “Necesitamos abrir un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia católica en Irlanda. El cambio nunca es fácil, y habrá conflictos, desacuerdos y tensiones. Estos asuntos no se resolverán con argumentos o con el peso de los números”, sentenció. “Tenemos que ser capaces, como Iglesia, de expiar y asegurar que nada de lo que hagamos se interponga en la relación que una persona de fe tiene con Dios. Como arzobispo de Dublín, estoy aquí para desempeñar mi papel en la curación de las heridas del pasado y para tender constantemente la mano y acoger a la gente”, declaró.

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