La respuesta de los obispos norteamericanos ante la crisis humanitaria en Afganistán

A la Iglesia en Estados Unidos no solo preocupa el futuro de esa nación, sino principalmente la vida de miles de personas que durante dos décadas trabajaron para el ejército estadounidense

Kandahar Afganistán

Luego de la retirada de tropas norteamericanas de Afganistán y el consecuente control de varias ciudades asumido por los talibanes, los obispos estadounidenses han manifestado su preocupación por la crisis humanitaria que se ha disparado en ese país.



El episcopado de los Estados Unidos no se ha pronunciado específicamente sobre la decisión de Joe Biden de seguir manteniendo militares en Afganistán, donde permanecieron por dos décadas, pero sí hizo un llamado al gobierno federal a actuar urgentemente para ubicar a los afganos que han solicitado visa, a fin de preservar su vida.

A través de un comunicado, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) recordó también a la administración federal que, al tomar el control de la capital afgana, los talibanes tienen la mira puesta en las familias de miles de personas que trabajaron durante los últimos 20 años como intérpretes, traductores y en otras labores al servicio del ejército de los Estados Unidos.

En este momento, los Estados Unidos están en proceso de evacuar a diplomáticos y a otros empleados del gobierno estadounidense; sin embargo, todos los vuelos comerciales, desde y hacia el aeropuerto de Kabul, se han suspendido.

Este 17 de agosto, el presidente Biden autorizó el uso de hasta 500 millones de dólares del Fondo de Asistencia de Emergencia para Refugiados y Migración para satisfacer las necesidades urgentes de los refugiados afganos y los solicitantes de visas especiales de inmigrante. Pese a ello, la Iglesia vislumbra un periodo de inestabilidad.

El obispo presidente del Comité de Migración de la USCCB, Mario Dorsonville, y el obispo presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz, David J. Malloy, afirmaron que el retiro de las fuerzas estadounidenses y la evacuación de los afganos vulnerables, incluidos los que apoyaron al ejército estadounidense o trabajaron con ONG’s y otras organizaciones, “sería un proceso complicado que podría generar inestabilidad en Afganistán“.

“Las imágenes y videos que salen del país son duras de ver, ya que las personas toman decisiones de vida o muerte desesperadas. Estamos especialmente preocupados por todos aquellos que requieren evacuación, así como por las mujeres y niñas afganas, que corren el riesgo de perder las oportunidades obtenidas en las últimas dos décadas, y ahora enfrentan un posible maltrato”, añadieron los obispos.

Preservar la vida

Durante las últimas semanas, el personal de la USCCB, Catholic Charities y otras instituciones han estado en Fort Lee en Virginia ayudando al gobierno de los Estados Unidos en la bienvenida y el reasentamiento de los solicitantes de visas especiales de inmigrantes y sus familias. “Continuaremos ese trabajo todo el tiempo que sea necesario hasta que aquellos que están en peligro sean puestos a salvo”, señalaron Dorsonville y Malloy.

Para los obispos, el objetivo del gobierno de reubicar hasta 30 mil solicitantes de visas especiales de inmigrantes a los Estados Unidos “sigue siendo una tarea monumental que pende de un hilo. Sabemos que el tiempo es esencial para ayudar a nuestros hermanos y hermanas necesitados“.

Los obispos se unieron al Santo Padre Francisco en la oración por la paz en Afganistán, para que cese el clamor de las armas y se puedan encontrar soluciones en la mesa de diálogo.

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