Ciao Raffaella Carrá, la show-woman que censuró el Vaticano y entrevistó a Teresa de Calcuta en un plató

  • La presentadora y cantante italiana que conquistó la televisión española ha muerto hoy a los 78 años
  • El cardenal Ravasi, máximo responsable de Cultura del Vaticano, aplaude su carrera: “¡Viva, viva, viva!”

“Se ha ido a un mundo mejor”. Epitafio a modo de comunicado oficial para Raffaella Carrá, la italiana más española que se dejó caer un día en los estudios de Prado del Rey en los años 70. Y lo hizo para quedarse adosada a la memoria de varias generaciones de españoles. Hasta hoy. A golpe de melena rubia, con canciones y bailes que hoy son imprescindibles en verbenas, cumpleaños y fiestas de guardar. ‘Fiesta’ o ‘En el amor todo es empezar’, son hoy clásicos que entonces eran provocadores por las dotes como bailarina de una mujer sensual y más que polifacética que hoy suena y sabe a ‘naïf’ entre tanto perreo y ‘twerking’ sin filtros.



Pero también, con una simpatía que la hizo pasar de actriz a cantante y de ahí a ‘show-woman’, presentadora de todo lo presentable lo mismo en la RAI que en TVE haciendo del ‘prime time’ un juego de niños en torno a una curranta que caía bien lo mismo al abuelo que a la adolescente. A todos, aunque al principio a regañadientes en el Vaticano.

Mujer creyente

Ella, mujer creyente, nunca lo vivió como un ataque personal o signo de excomunión. Ocurrió el 13 de noviembre de 1971, cuando presentó su ‘Tuca, tuca’ en el programa ‘Canzonissima’. Sus contoneos en blanco y negro tocando las caderas, rodillas, espalda y cara de su partener y un vestido que dejaba al descubierto su ombligo fue la comidilla al día siguiente en la RAI que tuvo su réplica en L’Osservatore Romano, el diario de la Santa Sede. Eran otros tiempos. Hoy Avvenire, el periódico de los obispos italianos la presentaba como la reina de la televisión. Es más, el ‘ministro’ vaticano para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, se deshacía en elogios e ella a través de un tuit: “Ma che musica maestro… viva, viva, viva! (R.I.P. Raffaella Carrá)”.

Pero si algo llevó consigo en su corazón la Carrá fue aquella visita inesperada de Teresa de Calcuta a su plató romano de ‘Hola Raffaella’. Sí, una santa de tú a tú con ella. Rafaella siempre rememoró esa cita con vergüenza, en tanto que ella no imaginaba que la fundadora de las Misioneras de la Caridad se plantaría aquella mañana. “Aquella mañana, apenas entré a los estudios Rai, me dijeron: ‘Hoy viene la Madre Teresa’. Habíamos recaudado fondos para un hogar de acogida que ella había inaugurado en Roma, pero nunca pensé que lo tendría en mi programa”.

Su ángel de la guarda

Ella, la diva de forma y humilde de fondo, iba repleta de ‘brilli-brilli’ para recibir a la madre de los olvidados. “Ese día llevaba un vestido negro con mangas transparentes bastante llamativas y dos brazaletes con incrustaciones de Swarovski. No había tiempo para cambiar y quién sabe qué pensó la Madre Teresa cuando me vio tan bien vestida … Además, hablaba inglés con una voz muy débil y yo estaba aterrorizado de no entender nada”. En ese momento, se encomendó a lo más alto: “Recuerdo que me volví hacia mi ángel de la guarda: ‘Por favor, ayuda a este pobre infeliz’”. Debió haberme escuchado porque, no sé cómo, entendí todo lo que me dijo”. La entrevista acabó con las dos rezando, a petición de la presentadora, “por todos los pobres del mundo.

Entre sus méritos más recientes, hacer lo imposible para que Italia regresara a Eurovisión. Y lo consiguió, de la mano del festival de San Remo. Es más, en este mayo de 2021, pudo ver como el país triunfaba en el certamen de la mano del grupo Måneskin. Incluso se especulaba con que fuera ella la conductora del añejo certamen en 2022. Deseo incumplido. Como el de conocer al papa Francisco.

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