Obispo mexicano advierte de 3 peligros que enfrentará la catequesis tras la pandemia

Al responsable de la Nueva Evangelización y Catequesis de la CEM le preocupa, entre otras cosas, cierta añoranza por la forma de vida pastoral de antes de la pandemia, la cual ya se encontraba en “jaque”

Fidencio López Plaza

La prolongación de la contingencia sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19 sigue siendo un desafío para la catequesis en México, pese a la infinidad de iniciativas y respuestas pastorales para atenderla, especialmente con las nuevas tecnologías y medios de comunicación.



Y es que, según advierte el obispo responsable de la Dimensión Nacional de la Nueva Evangelización y Catequesis, Fidencio López Plaza, a nivel nacional se perciben algunas actitudes que, de no entenderse, provocarán el desperdicio de esta “gracia” que ha traído la pandemia para replantear los modelos catequéticos en el país.

De acuerdo con el también obispo de la Diócesis de Querétaro, aunque la catequesis ha entrado formalmente al espacio o continente digital, un buen número de parroquias utilizan estos espacios sólo para dos cosas: para terminar de sacar los sacramentos que quedaron pendientes o para dar la catequesis con la misma metodología, formas y contenidos de cuando era presencial.

Formas pastorales en “jaque”

A través de un mensaje pastoral con motivo de las diferentes circunstancias pastorales desafiadas por la pandemia de Covid-19, titulado “Tiempo para contemplar, discernir y proponer nuevos rumbos en la catequesis”, López Plaza asegura que esta situación lleva implícitos tres peligros.

El primero –explica– la prevalencia de una pastoral sacramentalista; en segundo lugar, la añoranza por el ambiente y forma de vida pastoral de antes de la pandemia, con el riesgo de que, pasando la contingencia, se retorne a los mismos modelos pastorales en la transmisión de la fe; y por último, la absolutización de los medios de comunicación en la atención de la transmisión de la fe, con los desvíos que eso pueda comportar.

El obispo tiene claro que el tiempo de contingencia ha revelado que muchas formas pastorales de la Iglesia estaban en “jaque” desde hace mucho tiempo; sin embargo, pero nadie se percataba de ello, “Tuvo que venir la pandemia para cantarlo”.

Por ello, llama a las diócesis y parroquias a aprovechar este tiempo para hacer una revisión esmerada de la situación y de las estrategias que se requieren dar para no regresar a lo mismo después de la pandemia, ya que eso implicaría el “jaque mate” en la pastoral.

Algunas soluciones a este riesgo

En primer lugar, el obispo López Plaza pide “No mirar al dedo, sino al sol”. Es decir, ir más allá de lo que aparentemente está pidiendo la catequesis en este tiempo. “Los medios de comunicación no lo son todo en esta renovación de la transmisión de la fe, sólo son instrumentos que pueden ser generosos si responden a un verdadero cambio de paradigma en la catequesis”.

Por ello, llama a retomar el verdadero significado de la experiencia de vida dentro de la transmisión de la fe, pero con “catequistas profetas, visionarios, capaces de interpretar el paso de Dios por la vida y circunstancias que viven sus discípulos”.

Otra medida importante para evitar estos tres peligros es darle la importancia al primer paso del proceso evangelizador: testimonio. “Es el tiempo del testimonio, de la caridad, de la palabra oportuna, de la preocupación por el otro, de la solidaridad y hasta del sacrificio (…) Desde esta perspectiva, la Iglesia de México, que cuenta con una sorprendente cantidad de evangelizadores y catequistas, deberá encontrar en ellos la fuerza y condición necesaria para convertirse en un “hospital de campaña”.

Finalmente, en su carta pastoral, López Plaza también habla de la urgencia por retomar con seriedad la atención a las familias y a los matrimonios; trabajar en una creativa pastoral de la catequesis, y dejar a Dios que hable directamente a través de la Palabra escrita.

“En conclusión, queridos catequistas, necesitamos hacer verdadera comunidad, despertando con ello el sentido de pertenencia, corresponsabilidad y sinodalidad (…) Queridos catequistas, la comunión y sinodalidad son el gran reto a reconstruir en estos tiempos de pandemia y pospandemia”

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