La ginebra británica ha quedado en la retina de los espectadores como el ingrediente fundamental del cóctel de James Bond. Ahora, gracias a la apuesta de la Conferencia Episcopal católica de Inglaterra y Gales por la energía verde es la fuente energética de diferentes iglesias y centros parroquiales. Todo ello gracias a un proyecto interdiocesano para el desarrollo de energía limpia en el que más de tres cuartas partes del gas empleado procede de una destilería de ginebra escocesa.
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Hacia la energía verde
Esta inversión por la energía verde es un gesto concreto de lucha para combatir el cambio climático. En este sentido, los obispos preparan una declaración conjunta de todos los prelados sobre la situación del planeta, que se publicará el domingo de Pentecostés, el 23 de mayo, coincidiendo con la próxima reunión del G7, según publica The Tablet.
Además, esta apuesta se producirá unas meses antes de la celebración de la COP26, que se celebrará en Glasgow en el próximo mes de noviembre. Para el obispo responsable de las cuestiones ambientales, John Arnold, “hay una comprensión mucho más clara de los niveles de compromiso que puede tener la iglesia. Tenemos que ser una voz para los políticos sobre nuestras políticas y sobre cómo se puede pedir al Gobierno que trabaje. Tenemos que ser una voz para la industria sobre la ecologización de los suministros de energía”.
Para el prelado, la Iglesia debe estar orgullosa del trabajo que ha realizado para convertirse en el mayor comprador de energía verde del país. Para ello ha creado, hace 20 años, la Interdiocesan Fuel Management para preparar la transición de los combustibles fósiles a la energía verde. El 78% de su gas procede de la destilería de ginebra Hendricks, en Escocia, mientras que el 22% restante procede de proyectos de compensación de carbono. También se financian proyectos similares en países empobrecidos. La educación y sensibilización en el cuidado de la casa común son los próximos retos.
