El cardenal Osoro pide no estigmatizar a los migrantes en medio de la polémica por la propaganda xenófoba de Vox

El arzobispo de Madrid aprovecha su carta semanal para conjugar los cuatro verbos propuestos por Francisco –acoger, proteger, promover e integrar–

El cardenal Carlos Osoro pide “superar los estereotipos peligrosos, evitando así estigmatizar” a los migrantes. El arzobispo de Madrid dedica su carta semanal a la cuestión migratoria, y lo hace en medio de la polémica por la propaganda electoral de Vox en Madrid contra los menores migrantes no acompañados, que reza así: “Un MENA: 4.700 euros al mes, tu abuela: 426 euros de pensión/mes”.



La frase la acompaña una anciana y un joven encapuchado junto al lema ‘Protege Madrid, vota seguro’. Con esto se topan quienes viajan en cercanías desde Sol. Una imagen –amén de un bulo– que ha llevado a la Fiscalía Provincial de Madrid a investigar, por iniciativa propia, al partido de la candidata Rocío Monasterio por un posible delito de odio.

Obviamente, ningún menor migrante no acompañado recibe un ‘salario’ de 4.700 euros. Este montante es el que la Comunidad de Madrid entrega a las ONG que se encargan de la acogida de estos niños. Y no para que se lo den a los menores, sino para pagar a trabajadores, mantener los espacios en los que son acogidos y cubrir sus necesidades básicas.

Del mismo modo, esta cantidad es utilizada para el mantenimiento de menores de nacionalidad española. Pues España tiene la obligación legal de proteger a cualquier menor no acompañado haya nacido en Vallecas o en Dakar. De hecho, según los últimos datos, a 31 de marzo había de 3.709 menores tutelados por la Comunidad; de estos, solo 269 son niños a los que Vox llama MENAS.

Tras las reacciones eclesiales de la Mesa por la Hospitalidad y Migrantes con Derechos, iniciativas que el propio purpurado cita en su carta, ahora Osoro destaca que los flujos migratorios “pueden ser una gran oportunidad y riqueza para nuestra sociedad, pero también plantean interrogantes en las relaciones internacionales, en la gestión de la diversidad dentro de nuestras sociedades y en la manera que tenemos de dar una respuesta clara a las situaciones dramáticas de muchas familias que llaman a nuestras puertas”.

Osoro aprovecha su carta para conjugar los cuatro verbos propuestos por el papa Francisco –acoger, proteger, promover e integrar–.

Acoger

“Abramos nuevos canales humanitarios seguros y legales para los migrantes y los refugiados. Cada uno de nosotros podríamos ser un emigrante. La decisión de migrar debería ser voluntaria. La migración misma debería ser segura, legal y ordenada. En ese sentido, los estados deberían prohibir cualquier forma de expulsión arbitraria y colectiva. Es necesario respetar el principio de no devolución”, ha señalado.

Asimismo, “la Iglesia anima a los estados a adoptar una perspectiva de seguridad nacional que otorgue prioridad a la seguridad de las personas y a los derechos de todas las personas desplazadas que entran en su territorio, asegurándoles el acceso a los servicios básicos, facilitando procesos ágiles de identificación y de admisión a los solicitantes de asilo, y favoreciendo alternativas al internamiento de los extranjeros que intentan entrar en el territorio”, ha añadido.

Proteger

“Garanticemos los derechos y la dignidad de los migrantes y de los refugiados. La Iglesia insiste en la necesidad de adoptar un enfoque integral e integrado, que sitúe a la persona humana en el centro, en todas sus dimensiones, con pleno respeto de su dignidad y sus derechos. Los migrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados deben ser acogidos como seres humanos, respetando plenamente su dignidad y sus derechos, independientemente de su condición migratoria”, ha continuado.

Promover

Osoro ha instado a favorecer “el desarrollo humano integral de los migrantes y de los refugiados. La Iglesia desea que los estados promuevan y preserven la integridad y el bienestar de la familia, así como de las personas con necesidades especiales, discapacidad o vulnerabilidad, independientemente de su condición migratoria; al tiempo que se adoptan leyes que faciliten la reunificación familiar, el acceso a la educación especial y a programas específicos para colectivos vulnerables”.

Y ha agregado: “Animamos a adoptar políticas y prácticas que garanticen la libertad religiosa, en términos de profesión y de práctica, a todos los migrantes y refugiados”.

Integrar

El cardenal ha pedido también enriquecer “a las comunidades mediante una mayor participación de los migrantes y los refugiados”, porque su presencia es “una oportunidad para ampliar el horizonte humano en clave de integración e interculturalidad. Esto se aplica tanto a quienes son aceptados, que tienen la responsabilidad de respetar los valores, las tradiciones y las leyes de la comunidad que los acoge, como a la población autóctona, que está llamada a reconocer la contribución positiva que cada migrante puede hacer a toda la comunidad”.

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