Hans Küng: un entierro ecuménico por encargo suyo

El teólogo fallecido hace una semana preparó meticulosamente el último adiós que ha tenido lugar hoy en Tubinga

Desde esta tarde, Hans Küng descansa en paz en el cementerio viejo de la ciudad alemana de Tubinga. Una semana después de su fallecimiento a los 93 años, el teólogo amonestado por Juan Pablo II era enterrado en la localidad donde desarrollo todo su trabajo universitario como profesor e investigador.



Aunque el coronavirus provocó que el funeral en la iglesia de San Juan fuera más íntimo de lo esperado, se retransmitió a través de la televisión. Pero, sobre todo, pudieron cumplirse con el plan que él mismo estableció sobre cómo quería que fuera la ceremonia.

Bach presente

Consciente de su enfermedad degenerativa, Hans Küng eligió cada detalle. Fiel a su larga etapa como defensor del diálogo entre las confesiones cristianas, optó por una ceremonia ecuménica, en lugar de una eucaristía. Se recitaron oraciones que él mismo escribó, se interpretaron cantatas de Bach y piezas de Felix Mendelssohn Bartholdy.

Y se leyó el capítulo once de la Carta de Pablo a los Romanos: “¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!”. En medio del templo en el que tantas veces habría celebrado la misa, se situó el ataúd de madera de cerezo adornado con rosas rojas brillantes.

Entre amigos

El funeral fue presidido por el sacerdote Wolfgang Gramer, antiguo alumno y amigo personal de Küng, que fue una de las últimas personas en verle con vida. Le visitó el pasado Jueves Santo, sin sospechar que sería la última vez que se encontraría con él. Durante su homilía, Grammer no dudó en recordar que antes de fallecer el Papa bendijo al catedrático “en la comunidad cristiana”.

Ante los asistentes a la exequias comentó que como “medio argentino” comprendía el mensaje en clave lanzado por Francisco sobre su pertenencia a la Iglesia católica a pesar de que se le prohibiera ser profesor de teología, pero como alemán esperaba “que Roma hubiera dado un paso concreto”.

El “indomable”

En el funeral también intervinieron las principales autoridades políticas locales. Por un lado, el primer ministro de Baden-Württemberg Winfried Kretschmann elogió la capacidad de Küng para abordar “las cuestiones centrales del sentido de la vida”. Para Boris Palmer, alcalde de Tubinga, el teólogo era “indomable”.

Por su parte, el director de la universidad de Tubinga, Bernd Engler, le definió como el hombre del “pensamiento crítico firme”. Y su sucesor al frente de la Fundación Ética Global, la entidad que Küng fundó, le presentó como “autoridad espiritual y ética”, además de “ciudadano del mundo”.  

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