SAIn anuncia el inicio de “un proceso de refundación”

  • El partido, movido por los valores del Evangelio aunque sin declararse jamás “católico”, surgió en 2004
  • “Hay necesidad y sed –defienden– de otra forma de hacer política, y personas que no se resignan a conformarse con lo menos malo”

SAIn

Tras más de 16 años desde su fundación y a raíz de un acuerdo de sus militantes en su última asamblea nacional, el partido político SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) ha anunciado en un comunicado que emprende “un proceso de refundación”.



A falta de conocer cuál es la vía por la que opta y si esta pasa o no por seguir siendo una formación que concurre, como hasta ahora, a elecciones a nivel autonómico, local, nacional y europeo, lo cierto es que, sin definirse en ningún caso como un “partido católico” (como la Iglesia reclama desde el Concilio Vaticano II), los componentes del movimiento siguen la estela de referentes del pensamiento cristiano como Guillermo Rovirosa o Julián Gómez del Castillo en la promoción de una cultura de la fraternidad.

Humanismo cristiano

Un compromiso que se aprecia también en su periódico, ‘Solidaridad’, y que se plasma en una formación que tiene como principios irrenunciables el combate al hambre, la defensa de las personas inmigrantes empobrecidas, la desaparición del paro y la explotación laboral, la denuncia de la esclavitud infantil, el impulso de una democracia real, la lucha contra la corrupción política, la apelación a una España solidaria (donde el nacionalismo ceda paso al internacionalismo), la promoción de la familia “como fuente y escuela de solidaridad”, el apoyo a una educación solidaria y autogestionaria y la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural.

Con la mirada fija en su puesta en marcha, en 2004, y en el proceso recorrido hasta ahora, los militantes de SAIn reconocen que “hemos culminado un proceso de revisión que empezó meses antes de que se propagase este virus”. Un tiempo de pandemia que “ha manifestado una vez más la desigualdad y la injusticia mundial y también ha acelerado y puesto en primer plano ante todos la vulnerabilidad de nuestras sociedades”.

“Aciertos y errores”

Analizando, “con sinceridad y diálogo fraterno, nuestra historia”, encuentran “aciertos y errores”. “En el año 2004 –relatan–, más de un centenar de militantes de toda España decidíamos lanzar este partido político para servir al bien común en el terreno de la política institucional. Y teníamos claro que queríamos hacer solidaridad desde la política, porque entendemos que la política es un acto de amor a los demás, una forma de hacer posible lo necesario en el terreno donde se toman las decisiones que fijan el rumbo de nuestras sociedades”.

Sacrificio personal

Sin “experiencia”, pero con “entusiasmo” por “grandes principios e ideas por los que merecía la pena dar tiempo y dinero”, siempre tuvieron claro que “íbamos a la política a perder personalmente, no a conquistar puestos, cargos, sillones, prebendas. Queríamos demostrar que era posible combatir la corrupción, el sectarismo, la ideologización y construir un partido sobre un triple eje: la solidaridad como compartir hasta lo necesarios para vivir, la autogestión como auténtica democracia, y el internacionalismo como conciencia de que todos los problemas del mundo están interrelacionados y que debemos dar una respuesta entre todos”.

En ese contexto, “lanzar un partido nuevo parecía inviable frente al muro del bipartidismo, más el lastre de los partidos nacionalistas, que muchas veces se convertían en decisivos. Sin embargo, en los años posteriores se lanzaron muchos partidos que tuvieron su momento de rápido esplendor, pero también rápidas caídas: Ciudadanos en Cataluña en 2004 y UPyD en 2007 fueron los primeros. En 2014, Ciudadanos se extiende a toda España y nacen Podemos y Vox”.

Retorno del bipartidismo

Ahora, “podría volver una tendencia al bipartidismo y la concentración del voto por una situación en que el debate político se ha simplificado de nuevo en posturas populistas a derecha e izquierda del espectro partidista, con nacionalismos aún más excluyentes, y centralismos más uniformizados. Los fantasmas del mal menor y del voto útil empobrecen el debate y las propuestas una vez más”.

En cuanto al propio SAIn, reconocen que “no ha alcanzado desde luego la popularidad de esos nuevos partidos. Hemos visto cómo, ciertamente, es difícil hacerse hueco en un panorama donde dominan los que tienen acceso a medios de comunicación de masas y fuerte financiación. Nosotros hemos querido y queremos construir un partido desde abajo, pero, evidentemente, en estos años no lo hemos conseguido”.

Progresivo desgaste

Algo a lo que achacan factores internos, como “la dificultad para concretar los principios en propuestas operativas (aunque en estos años hemos ido avanzando en desarrollarlas) y fallos o carencias en la estrategia de comunicación de usar una imagen y un lenguaje accesible y comprensible”. También, admiten, “en caer demasiado en la dinámica electoral, presentándonos donde teníamos un mínimo de implantación a casi todas las convocatorias electorales (generales, autonómicas, municipales, europeas…) para tener visibilidad, pero que, por el contrario, causa un gran desgaste y a la larga desanima al potencial votante si no se esperan resultados tangibles”.

Entre los elementos más positivos, los militantes de SAIn destacan que “hemos creado lazos con realidades populares nacionales e internacionales que comparten principios y estilo que merece la pena reforzar y consolidar. Vemos, indudablemente, que hay necesidad y sed de otra forma de hacer política, y personas que no se resignan a conformarse con lo menos malo o con que no ganen ‘los otros’. Nuestra propuesta ha sido un respiro para muchas personas que han mantenido su apoyo y su voto con la conciencia de que por encima de los resultados inmediatos están los procesos para crear algo nuevo”.

Futuro abierto

En el presente, tras “cerrar una etapa”y “abrir un proceso de refundación”, se dejan las próximas decisiones a tomar en manos de “los militantes que lo deseen y nuevas personas que se incorporen a esta tarea”, para que “puedan construir, sobre los principios fundacionales y la experiencia acumulada en estos años, una nueva propuesta política que estamos seguros de que es necesaria y que puede llegar a cuajar si nos entregamos a fondo perdido”.

“Os animamos –concluyen– a seguir trabajando por el servicio y el bien común y a construir una política solidaria. Todos los que sintáis esta llamada, sois bienvenidos”.

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