O_Lumen: la galería de los vulnerables

Vulnerables

Vulnerables, la nueva muestra del espacio O_Lumen, es más –mucho más– que una exposición. Es todo un testimonio acerca de la vulnerabilidad como camino de salvación. “Hace quinientos años, Íñigo de Loyola cayó herido en Pamplona, lo que supuso para él un proceso de conversión y el descubrimiento de la vulnerabilidad como camino, como la fragilidad orientada hacia otro ser humano, a menudo también herido –explica Bert Daelemans, jesuita y comisario de Vulnerables–. Esa misma vulnerabilidad como paradójico puente hacia otro ser humano se refleja en el Pórtico de la Gloria en Santiago de Compostela, donde Cristo muestra sus heridas como camino y como señales de su victoria. Ese es el núcleo y el origen de este proyecto, con lo que me acerqué a los cuatro artistas aquí presentes”.



La vulnerabilidad se transforma en camino, en fe, en diálogo, en fortaleza, en esperanza, también a través del arte. Este es el territorio que el propio Daelemans viene explorando desde 2013. “Para mí, es lo que distingue la vulnerabilidad de la mera fragilidad. Y lo que encuentro en las obras de Lucie Geffré, Cristina Almodóvar, Paula Anta y Rafael Díaz, y por eso les propuse que participaran en esta exposición”, manifiesta.

“El arte puede hablar de la herida, de la violencia, de un modo no hiriente, no violento –añade el jesuita–. Entonces, nos devuelve nuestra vulnerabilidad, pero transformada en fuerza, en esperanza. Cuando descubrí a estos artistas, fue lo que me llamó la atención, cómo podían hablar de algo frágil y fuerte a la vez”.

A través de instalaciones, escultura, pintura y fotografía, Daelemans plantea la exposición como un “recorrido espiritual” que adquiere también un nuevo significado: “Todas esas obras no solo reflejan nuestra fragilidad, sino que nos abren a la esperanza y a la resiliencia. Entretanto, nos sobrevino la pandemia, que añadió su propio color y tono a esa vulnerabilidad, pero no deja de ser una coincidencia”.

El dominico Xabier Gómez, al frente de O_Lumen y también comisario de Vulnerables, señala en este sentido: “Invita a un ejercicio de contemplación, libre de prejuicios, para escuchar también lo que se pronuncia en el silencio. Es un tributo agradecido a cuantos nos han dejado y una afirmación del espíritu de resistencia y solidaridad que tanta gente está protagonizando”.

Paralelismos

En la exposición encuentra eco la obra de Rafael Díaz, médico salvadoreño, enfermo y víctima del COVID-19, pero que sigue trabajando con ancianos. “Su obra resalta siempre el cuidado como virtud cotidiana, como en la instalación site-specific del Expolio, que hace un extraordinario paralelismo entre el refugiado y el Crucificado”, explica Daelemans.

“Es una obra que solo se va a poder ver aquí –continúa–, porque sobre el Crucificado de Ramón Mateu Montesinos que preside O_Lumen, el que permanece de la iglesia que era antes, ha proyectado imágenes de un refugiado. Y hay un paralelismo muy impresionante entre refugiados que buscan un mundo mejor y Cristo”. Como también entre la propia obra, Manos en rojo, y El Expolio de El Greco. Además, Díaz ha incluido entre sus obras textos sobre la enfermedad o la vacuna, que ha pedido a algunos de sus propios pacientes.

Pero el origen de la exposición y del libro que Daelemans, profesor de Teología en la Universidad Pontificia de Comillas, sacará a la luz próximamente, La vulnerabilidad en el arte: Un recorrido espiritual (PPC), lo sitúa en 2013, en el encuentro con la obra de Lucie Geffré. “Me encontré por casualidad con la obra de Lucie Geffré en el Ateneo de Madrid. Entonces estaba yo mismo muy vulnerable y, tal vez por eso, me impactaron tanto esos rostros enigmáticos y esas miradas frágiles y fuertes a la vez de la pintora francesa que vive aquí, en un pueblo de Madrid”, narra.

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