El cardenal Omella, contra la ley de eutanasia: “Recurre a provocar la muerte para solucionar los problemas”

El presidente de los obispos españoles reclama “cuidados paliativos dignos” frente al dolor, a la vez que llama a evitar “ensañamientos terapéuticos”

Primer aniversario del ingreso del primer paciente con COVID-19 en la UCI del Hospital Universitario de Ferrol

Para el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, la nueva ley de eutanasia “recurre a provocar la muerte para solucionar los problemas, para aliviar a los que sufren”. Es el primer balance que hace el cardenal arzobispo de Barcelona sobre la normativa aprobada ayer, considerando que “no contempla atenderlos ni acompañarlos de la mejor manera posible, sino que los empuja a tirar la toalla y a terminar su existencia”.



A través de una artículo publicado en el diario ‘La Vanguardia’, el purpurado alerta además de cómo la reforma legislativa “que no dota al sistema sanitario de los recursos necesarios (tiempo, espacios) para acompañar a bien morir, ni garantiza la formación en paliativos en los grados de ciencias de la salud (medicina, enfermería, etcétera)”. Frente a ello, recuerda cómo desde la Iglesia “apostamos por una cura integral de las personas que trabaje todas sus dimensiones: corporal, espiritual, relacional y psicológica”. “No dejaremos nunca de repetir que no hay enfermos “incuidables” aunque sean incurables”, subraya el presidente de los obispos.

Cuidados paliativos dignos

De ahí que reivindique a las autoridades públicas que se garanticen “unos dignos cuidados paliativos que, evitando ensañamientos terapéuticos, garanticen un control adecuado del dolor a todos los que los necesiten”. De la misma manera, el líder eclesial reclama “el acceso de todas las personas dependientes a las ayudas económicas y a las prestaciones que les corresponden, debería primar a las medidas tendentes a paliar el sufrimiento con la muerte programada”.

“Creemos que el remedio contra la tristeza, el dolor, la soledad y el vacío existencial de las personas ancianas o enfermas no puede ser la eutanasia”, sentencia Omella, con la mirada puesta especialmente en la pandemia: “A lo largo de los últimos meses hemos visto cómo miles de personas, sobre todo mayores, morían solas en las habitaciones de los hospitales y residencias”.

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