El primer año de pandemia para Cáritas: las peticiones de ayuda se disparan un 57%

  • La plataforma de la Iglesia expone que medio millón de personas han llamado por primera vez a su puerta desde que se declaró el estado de alarma
  • La “explosión de solidaridad” de los españoles se ha traducido en  65 millones de euros de 70.000 donantes y 6.000 voluntarios nuevos

Cáritas denuncia que la demanda de ayuda a lo largo de la pandemia se ha llegado a incrementar hasta un 57%. Un total de 500.000 personas han llamado por primera vez a las puertas de la plataforma social de la Iglesia fruto de la crisis socioeconómica provocado por la Covid-19. Una de cada tres personas de quienes se han acercado buscando ayuda es nueva. Es el balance que hace la plataforma social de la Iglesia, cuando se cumple un año de la declaración del estado de alarma a consecuencia del coronavirus.



Para la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiró, estamos viviendo “una devastadora crisis económica y social” que ha generado un “enorme impacto humano”, más allá de “las cifras insoportables” de fallecimiento. En rueda de prensa, Peiró aseguró haber llegado a sentir “frustración” antes los efectos de la pandemia, pero a la vez “agradecimiento” por tanta colaboración recibida. “Seguimos necesitando la ayuda de todos”, enfatizó.

Sobre las colas del hambre que se han hecho visibles a lo largo de estos doce meses, el coordinador del Equipo de Estudios, Raúl Flores, aclaró que “no se trata de un fenómeno nuevo”. “Las necesidades de las familias no se han reducido, se han aumentado”, detalló, explicando que “la diferencia es que antes de la pandemia no se hacía una fila al exterior de las Cáritas parroquiales”.

“Nos hemos tenido que reinventar como organización y nuestro acompañamiento”, reconoció Natalia Peiró a la vez que admitió que hoy por hoy han conseguido superar las limitaciones, cierres temporales… con iniciativas como el apoyo telefónico, telemático, tarjetas solidarias para evitar las colas del hambre, reforzar el apoyo en domicilio.

Adaptarse al coronavirus

Así, sus esfuerzos se han repartido entre ayudas a las familias que ya atendían, acoger a las nuevas personas que demandaban auxilio y adaptar el nuevo contacto de voluntarios y trabajadores. “Al principio de la pandemia, el primer mes fue muy complicado para la atención de lo local””, admitió la secretario general: “Es verdad que fuimos bastante rápidos, pero el colapso nos hizo pensar que no íbamos a responder, pero al final las 6.000 Cáritas parroquiales han ido saliendo al rescate”.

Frente a todo esto, Peiró sintetizó la misión de Cáritas “tratamos de ser la caricia de Dios a su pueblo, insertos como Iglesia en cada rincón”. Desde ahí, agradeció “la carga extra y el esfuerzo extremo” realizado por los voluntarios de la ong de la Iglesia. “Gran parte de nuestro voluntariado tiene más de 65 años, por lo que, al ser considerado población de riesgo, se vio reducido a un 34% durante el confinamiento, pero que ahora ha aumentado a más de un 60 por ciento”, detalló, a la vez que explicó cómo han tenido que “Más de 6.000 personas se han incorporado de manera estable al voluntariado, indispensable para sumar fuerzas y para que la caridad no cierre”, expresó como reflejo de “la explosión de solidaridad” que ha vivido España.

Las 70 Cáritas diocesanas, que configuran la red social más amplia y sólida de nuestro país, han recibido a lo largo de este año de estado de alarma más 65 millones de euros de 70.666 donantes. Aproximadamente 34,5  millones han procedido de 67.094donantes particulares, junto a 30,3 millones de un total 3.572 empresas e instituciones. De todas estas ayudas, 6,5 millones han sido donaciones en especie. “El ser humano es capaz de dar lo mejor de sí mismo en los peores momentos”, señaló, poniendo en valor, toda la ayuda recibida en estos meses. En relación a las ayudas públicas, expuso que “hemos trabajado como todas las crisis, en coordinación con entes locales y comunidades autónomas”.

Respaldo social a Cáritas

“Gracias al conjunto de la sociedad que, en momentos de tanta zozobra, de tensión e incertidumbre ha acudido a paliar el dolor de los que más sufrían confiando en el trabajo de Cáritas”, comentó el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, poniendo como ejemplo a “a nuestro primer donante, el papa Francisco”. Desde ahí, recordó que “esto, sin embargo, no ha llegado a su fin, ya que las consecuencias económicas van a dejarse notar durante mucho tiempo, especialmente entre las personas más débiles y en situación más precaria”.

En relación a cómo Cáritas ha repartido este montante, 41,2 millones se han destinado en ayudas directas para que las familias puedan cubrir necesidades básicas como alimentación, higiene, gastos de vivienda… Hasta 3,3 millones fueron para apoyo a programas de infancia y 2,4 millones para programas de acción internacional.  Poco más de un millones de euros se destinó a contratar personal de refuerzo y alrededor de 991.963 euros se invirtieron en  material sanitario y de protección para las familias, trabajadores y voluntarios.

“El confinamiento aumentó la desigualdad tecnológica y la brecha digital”, alertó Peiró sobre uno de los principales focos de desigualdad. “El 52% de las familias acompañadas por Cáritas han sido víctimas de un apagón ideológico, lo que se ha traducido en un motor de exclusión en materia educativa.

La soledad de los mayores

La vulnerabilidad social también ha puesto de manifiesto, según Peiró, “la soledad y la desprotección de los mayores, de quienes les cuidan y sus familiares”. Así lo han constatado a través de los 7.000 ancianos atendidos en los diferentes centros de día, residencias…

En su análisis sobre la exclusión, ha alertado del drama que viven los migrantes, refugiados y las personas sin hogar. Tampoco se olvidó de la realidad que se vive en los países en desarrollo. Desde ahí, Peiró citó al Papa Francisco para reclamar una vacuna universal para las regiones de planeta más empobrecidas.

“Llevamos un año acumulando crisis y un año en que las ayudas no acaban de llegar”, exhortó el coordinador del Equipo de Estudios, Raúl Flores. “El tsunami provocado por el confinamiento no cesa”, expresó, subrayando que estamos viviendo “un espejismo de una recuperación que no termina de llegar ” y que “no se ve reflejado en la mejora de las condiciones de vida” de las personas acompañadas por Cáritas. Así, puso de manifiesto las dificultades de estas familias para acceder, por ejemplo, al Ingreso Mínimo Vital. Solo un 0,3% de las personas acompañadas por Cáritas han podido acceder . “Necesitamos construir un nosotros integrador y no excluyente”, propuso Flores como alternativa.

Flores aterrizó algunos de los datos avanzados por Natalia Peiró recogidos en el nuevo informe del Observatorio de la Realidad social de Cáritas Española. Si hasta febrero de 2020, se acompañaba a 258.000 personas que no contaban con ningún ingreso en sus hogares, hoy son 75.000 más. Según la ong de la Iglesia, hasta alrededor de 700.000 personas viven en hogares que no pueden hacer frente a los gastos de suministros de su vivienda.

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