“El Congreso de Laicos 2020 no fue un espejismo”

  • La Conferencia Episcopal revive en un webinar la “cita histórica” de hace un año que puso las bases para dar un vuelco a la corresponsabilidad de los cristianos dentro y fuera de la Iglesia
  • El presidente de la Comisión de Laicos considera que “se respiran unas ganas locas de lanzarse a la evangelización, pero se necesitan seglares que respondan a las inquietudes de la gente”

El Congreso Nacional de Laicos 2020 no se quedó atrás. Aquel macro encuentro que tuvo lugar justo hace un año en la Casa de Campo de Madrid buscaba ser el punto de partida para reactivar la corresponsabilidad de los cristianos en el seno de la Iglesia, pero también en medio del mundo. Y desde la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, que promovió la cita, están convencidos de ello.



Así se manifestó ayer en un webinar conmemorativo que, bajo el título “Revivir el Congreso para reavivar el proceso”, moderó la periodista Ana Medina moderó. “Los laicos estamos en proceso de despertar. El despertador está sonando desde hace ya unos cuantos años en nuestra Iglesia y a partir de ahora vamos a escucharlo más fuerte”, compartió la directora de Periferias, el programa de actualidad sociorreligiosa de TRECE.

En la parrilla de salida

El presidente de la Comisión Episcopal de los Laicos, Familia y Vida, Carlos Escribano, apuntó que “se está haciendo un trabajo magnífico a pesar de la pandemia que estamos viviendo y tenemos puestas las bases” para aterrizar el Congreso en lo cotidiano. “Se respira unas ganas locas en nuestra Iglesia para lanzarnos a la evangelización. Por eso, tenemos que situarnos ya en la parrilla de salida porque el mundo necesita la Buena Noticia del Evangelio de Jesucristo y se precisa un laicado que sepa responder a las inquietudes de tanta gente”, señaló el arzobispo de Zaragoza. “Y ese laicado existe”, apostilló.

Por su parte, Isaac Martín, delegado diocesano de Apostolado Seglar de Toledo y uno de los coordinadores del Congreso, no dudó en calificarlo de “un acontecimiento para la historia reciente y un hito” de la Iglesia española. “No solo se reivindicó en positivo la vivencia la vocación bautismal en plenitud, sino también para sabernos Pueblo de Dios”, enfatizó, valorando el acompañamiento dado por obispos, sacerdotes y religiosos.  “El Congreso y el despertar de los laicos no fue un espejismo ni una ilusión óptica, es una realidad que está dando fruto en las diócesis con diversas iniciativas”, reafirmó.

La comunión desborda

Durante el coloquio virtual, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, hizo hincapié en la necesidad de trabajar en favor de “una Iglesia en comunión, de Pueblo en salida”. “Más allá de la dialéctica de curas y monjas por un lado y los laicos por otro, la comunión nos desborda”, apuntó para subrayar que el congreso fue un acto “vocacional”. “¡Viva la Iglesia!”, llegó a expresar el portavoz de los obispos para subrayar lo que ha supuesto para la Iglesia la convocatoria de hace un año. “El Señor quiere que seamos un pueblo misioneros. Y lo laicos tienen que ser conscientes de que su vocación es vivir la caridad política”, sugirió durante su intervención, que instó a promoverlo a través de “instrumentos de comunión”.

Al echar la vista atrás, Pilar Rodríguez-Carretero, responsable nacional de Jóvenes de Cursillos de Cristiandad y también de la organización del Congreso, subrayó que “tenemos que esforzarnos” para acrecentar esa comunión y materializar lo que calificó como “un sueño posible”. David Roces, joven de Acción Católica General de Oviedo, apeló a la necesidad de seguir ahondando en “un proyecto común para los laicos”. “No podemos caer en la comodidad de quedarnos en nuestra parroquia al calor de lo nuestro, tenemos que salir y anunciar el Evangelio”, añadió, para lo que considera apremiante fomentar la formación para generar escuelas de acompañantes. Isabel García, perteneciente a los grupos de Vida Ascendente y participante en el Congreso, consideró como fundamental ahondar en el concepto de ‘Iglesia en salida’, en tanto que urge “llevar el mensaje de la alegría del Evangelio a tantas y tantas personas”.

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