El Papa a la Iglesia de Brasil: “Superaremos la pandemia a medida que seamos capaces de superar las divisiones”

Francisco ha enviado un mensaje con motivo de la Campaña de la Fraternidad, en el que ha subrayado la necesidad de “superar los obstáculos de un mundo que muchas veces es un mundo sordo”

“Necesitamos ganar la pandemia y lo haremos a medida que seamos capaces de superar las divisiones y unirnos en torno a la vida”. Son las palabras que ha dedicado el papa Francisco a la Iglesia de Brasil en su mensaje por la Campaña de la Fraternidad, que promueve cada Cuaresma. “Como indiqué en la reciente encíclica Fratelli tutti”, continua el Papa, “después de la crisis sanitaria, la peor reacción sería caer aún más en el consumismo febril y en nuevas formas de autoprotección egoísta. Para que esto no suceda, la Cuaresma nos es de gran ayuda, porque nos llama a la conversión a través de la oración, el ayuno y la limosna”.



La Iglesia en Brasil promueve la Campaña de la Fraternidad desde hace casi seis décadas como una ayuda concreta para la preparación para la Pascua. En este 2021, con el tema ‘Fraternidad y diálogo: compromiso de amar’, se invita a los fieles a “sentarse y escucharse” y, así, “superar los obstáculos de un mundo que muchas veces es un mundo sordo”. “De hecho, cuando estamos preparados para el diálogo, establecemos ‘un paradigma de actitud receptiva, que supera el narcisismo y acoge al otro'”, ha apuntado Francisco. Y, en la base de esta “renovada cultura del diálogo” está “Jesús que, como enseña el lema de la Campaña de este año, es nuestra paz: de lo dividido fue unificado”.

Diálogo ecuménico

Por otro lado, al promover el diálogo como compromiso de amor, la Campaña de la Fraternidad “nos recuerda que los cristianos son los primeros en dar ejemplo, comenzando por la práctica del diálogo ecuménico”. Así, los cristianos brasileños, “en fidelidad al único Señor Jesús que nos dejó el mandamiento de amarnos como Él nos amó y partiendo del reconocimiento del valor de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, hacen una contribución preciosa a la construcción de la fraternidad y la defensa de la justicia en la sociedad”.

“La fecundidad de nuestro testimonio”, ha aseverado el Papa, “dependerá también de nuestra capacidad para dialogar, encontrar puntos de unidad y traducirlos en acciones a favor de la vida, especialmente la vida de los más vulnerables”.

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