Rebrote de fe en Cataluña: aumenta casi un 6% el número de católicos durante la pandemia

Seis de cada 10 catalanes se declaran católicos. Un 5,7% más que en febrero, es decir, antes de que comenzara la pandemia del coronavirus. Por tanto, el Covid-19 ha provocado un rebrote de fe en Cataluña, como demuestran los últimos datos publicados por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat.



Los catalanes que se declaran católicos aumentan en más de 440.000 en 2020. Si en febrero, justo antes del confinamiento, el 54,2% se declaraba católico (4.185.434); en diciembre este porcentaje subía hasta el 59’9% (4.625.600). Según el arzobispado de Barcelona, se trata de “la cifra más alta en muchos años”, como han informado hoy por medio de un comunicado.

Este incremento de 440.000 personas, por provincias, proviene la mayoría de Barcelona, ​​con más de 182.000; seguidas de Girona, con 133.000; Tarragona, con más de 67.000; y Lleida, con cerca de 57.000.

En Girona, donde más rebrota la fe

Porcentualmente donde el crecimiento ha sido mayor es en Girona, con un 17,4%, pasando de los más de 395.000 de febrero de 2020 a los más de 528.000 de diciembre. Le sigue en este incremento Lleida, con un 13,1% (de más de 275.000 a más de 332.000); Tarragona, con un 8,2% (de más de 441.000 a más de 508.000); y, finalmente, la provincia más poblada, Barcelona, ​​con un 3,2% (de poco más de 3 millones a cerca de 3,26 millones).

Según el análisis de los datos del CEO, el 76,5% de la población de Lleida se declara católica, mientras que en Girona lo hace un 69%, en Tarragona un 62,1% y en Barcelona un 57,1%.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha dado a conocer estas cifras tras la misa celebrada en la parroquia de san Francisco de Sales de Barcelona, en la que ha encomendado a los periodistas colegiados que fallecieron durante el pasado año.

Para Omella, “la pandemia nos plantea muchos interrogantes en nuestra vida, especialmente cuando hay una muerte en la familia. También ante las incertidumbres y los miedos, muchas personas empiezan a pensar en el más allá, y la formación católica que hemos recibido ayuda a encontrar un poco más de luz y de esperanza. Estas experiencias, creo, que en muchos casos ayudan a recuperar la fe”.

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