La Iglesia católica en Irlanda pide perdón por los miles de bebes fallecidos en sus centros entre 1922 y 1998

“La Iglesia era claramente parte de esa cultura en la que las personas eran frecuentemente estigmatizadas, juzgadas y rechazadas. Por eso, y Por el dolor prolongado y la angustia emocional que ha resultado, me disculpo sin reservas con los sobrevivientes y con todos aquellos que se ven afectados personalmente por las realidades que se han descubierto”. Estas son las palabras que un afectado Eamon Martin, arzobispo primado de Irlanda, ha escrito en un comunicado tras la publicación, ayer, 13 de enero, de un informe de la Comisión Irlandesa de Investigación de Hogares para Madres y Bebés, sobre 14 hogares para madres solteras entre 1922 y 1998. Y es que, entre los hallazgos del nuevo documento, se ha revelado que unos 9.000 niños murieron en estos hogares.



Durante los años que abarca la investigación, unas 56.000 mujeres entre 12 y 40 años fueron enviadas a estas instituciones, regentadas por congregaciones religiosas. Nacieron 57.000 niños, de los cuales el 15% murió antes de abandonar el centro. Una elevada tasa de mortalidad infantil que, tal como se subraya en el documento, “era conocida por las autoridades locales y nacionales” y ” registrado en publicaciones oficiales”.

“Conscientes del Evangelio de Jesucristo, que nos llama a proteger la vida y la dignidad y para tratar a todos, especialmente a los niños pequeños y a todos los que son vulnerables, con amor, compasión y misericordia, creo que la Iglesia debe continuar reconociendo ante el Señor y ante los demás su responsabilidad en lo que el Informe describe como una “atmósfera fría, dura e indiferente”.

Reflexionar sobre lo ocurrido

“Aunque pueda resultar angustioso, es importante que todos dediquemos tiempo en los próximos días a reflexionar sobre este Informe”, dice Martin, “que aborda la historia personal y la experiencia de muchas familias en Irlanda”. Asimismo, subraya que el documento “ayuda a sacar a la luz lo que durante muchos años fue una parte oculta de nuestra historia compartida y expone la cultura del aislamiento, el secreto y el ostracismo social que enfrentaron las ‘madres solteras’ y sus hijos en este país”.

Martin ha pedido “a todos los que ocupan puestos de liderazgo en la Iglesia que estudien con detenimiento este extenso informe y, especialmente, que dediquen tiempo a reflexionar sobre los valientes testimonios de los testigos de la Comisión”. De esta manera, ha animado a reflexionar acerca de “cómo puede suceder esto” e “identificar aceptar y responder a las cuestiones más amplias que plantea el Informe sobre nuestro pasado, presente y futuro”.

“Sobre todo, debemos seguir buscando formas de llegar a aquellos cuyos testimonios personales son fundamentales para este Informe”, ha aseverado el arzobispo. “Les debemos a ellos tomarnos el tiempo para estudiar y reflexionar sobre los hallazgos y recomendaciones del Informe, y comprometernos a hacer todo lo posible para apoyarlos y apoyarlos”, ya que el documento “deja en claro que muchos todavía están aprendiendo sobre sus historias personales y buscando a miembros de su familia”. Ante esto, Martin ha exhortado a los responsables de la Iglesia irlandesa a facilitar el acceso a los sobrevivientes a “información personal sobre ellos mismos”, así como al Estado “a que se asegure de que se superen los obstáculos restantes a la información y el rastreo”.

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