El papa Francisco da el primer paso para beatificar a un sacerdote canario

El papa Francisco ha reconocido las virtudes heroicas de Antonio Vicente González, un sacerdote de la Villa de Agüimes (Gran Canaria). Y es que, después de su última audiencia con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el que es conocido como ‘el Buen Pastor canario’, pasará a partir de este momento a reconocerse como venerable para la Iglesia católica.



Antonio Vicente González nació en la Villa de Agüimes el 5 de abril de 1817. Fue párroco de Santo Domingo de Guzmán, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, fiscal de la Diócesis, secretario, vicerrector y catedrático de Teología fundamental del Seminario Diocesano. Sin embargo, más allá de su talla intelectual, este venerable de la Iglesia es recordado por su atención a los fieles, sobre todo con los más necesitados.

Su vida, para los pobres

Como párroco le tocó vivir dos graves situaciones que afectaron a la isla: primero, una hambruna, y después, una epidemia de cólera. Ante la primera, el sacerdote creó, en 1847, un centro de caridad en la parroquia, donde pudo repartir sus ingresos con los necesitados. También repartía ropa y cobijo a quienes lo necesitaban.

Finalmente, ante la epidemia de cólera, se volcó en la ayuda a los enfermos y necesitados, hasta el punto que acabó por contraer la enfermedad y fallecer por esta causa en Las Palmas de Gran Canaria a la edad de 34 años. “Yo vendré todos los días a las siete de la mañana a celebrar la misa, de no llegar es porque el Señor ha aceptado ya el sacrificio de mi vida”, decía el sacerdote. Y así fue: el día que no llegó a la parroquia, sus fieles supieron que había fallecido, creando, desde entonces, una gran veneración hacia él en la isla.

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