Después de días de tensión entre el Gobierno francés y la Iglesia católica por el aforo limitado a 30 personas impuesto en los lugares de culto para frenar los contagios por Covid-19, ambas partes han llegado a un acuerdo acerca de los límites de asistentes a las celebraciones religiosas.
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En un comunicado de prensa hecho público a última hora de ayer, 2 de diciembre, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin anunció los nuevos criterios a implementar en los lugares de culto. Así, afirmó que, con el objetivo de “conciliar la libertad de culto y las medidas sanitarias, se ha establecido un nuevo calibre de presente en los edificios religiosos“.
De esta manera, se ha establecido que los templos no pueden superar el 15% de su capacidad. Para ello, el Gobierno ha explicado que, durante las celebraciones, se deben “dejar libres dos asientos entre cada persona o entidad familiar, y ocupar sólo una fila de cada dos”.
Conformidad de la Conferencia Episcopal
Por su parte, la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) se ha mostrado conforme con las nuevas medidas, señalando que, ahora sí, son “proporcionales a la capacidad de los edificios” y que, si bien es restrictiva, “es aplicable”. Asimismo, y si bien las limitaciones no tienen fecha de fin, la CEF ha subrayado que los fieles deben aplicarlas en particular “los dos próximos domingos, 6 y 13 de diciembre”.
Con el desconfinamiento progresivo anunciado por el presidente del país, Emmanuel Macron, los lugares de culto pudieron acoger de nuevo a sus fieles. Sin embargo, el aforo limitado a 30 personas pronto provocó el enfado de buena parte de los católicos y la sorpresa de los obispos. Sobre todo, porque la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) había presentado un protocolo sanitario que había sido acogido positivamente por el Ejecutivo.
“No entendemos esta falta de acuerdo –se lamenta a Vida Nueva el padre Hugues de Woillemont, portavoz de la CEF–. Hemos preguntado al Gobierno por qué 30, pero nadie ha sabido contestarnos. Solo pedimos que confíen en nosotros y en nuestro sentido de la responsabilidad”. De hecho, el primer domingo de Adviento (29 de noviembre), el Consejo de Estado ordenó al Ejecutivo corregir dicho aforo en un plazo de tres días, por considerarlo “desproporcionado”.
