Cáritas activa ayudas para los afectados por la tormenta tropical Eta en Guatemala y Honduras

El paso del huracán Eta por Centroamérica, luego degradado a tormenta tropical, ha dejado una estela de dolor en las poblaciones costeras de Guatemala y Honduras. Es el fenómeno natural más devastador en décadas. Desde entonces las Cáritas de estos países han activado planes de contingencia para paliar los embates del fenómeno natural que traspasa la asistencia humanitaria misma para agudizar aún más la crisis social de estas naciones signadas por la pobreza y desigualdad.



Consultado por Vida Nueva, el sacerdote Francisco Hernández, secretario ejecutivo de Cáritas América Latina, ha expresado su cercanía a los afectados: “No están solos, estamos con ustedes tanto desde la oración como desde la acción para dar fuerza y coraje a nuestros corazones y poder levantarnos de esta situación”.

El presbítero ha señalado que desde las 22 Cáritas del continente y las 169 que conforman la red de Cáritas Internacional “vendrán ayudas para superar esta etapa difícil, porque somos una familia que vive la solidaridad con los más vulnerables”.

Falta de ordenamiento territorial

Alberto Herrera, técnico nacional de gestión integral de riesgos de Cáritas Guatemala, afirma que “la situación ha afectado mayormente a poblaciones muy pobres de la región nororiental que se han visto obligadas a habitar estas zonas de alto riesgo”.

El especialista ha asegurado que estos fenómenos climáticos son recurrentes en esta época, pero el gran problema es que “Guatemala no cuenta con una aplicación de los procedimientos para generar un plan de ordenamiento territorial”.

A la fecha han repartido 1.427 raciones familiares de comida caliente, 1829 raciones de alimentos no perecederos,  20.700 bolsas de agua pura, 3742 frazadas,458 kit de limpieza,  4250 pañales desechables, 421 kit de cocina, 44.144 bolsas de atol fortificado y 72 purificadores de agua a albergues.

Refugios temporales

Wilfredo Cervantes, director ejecutivo de Cáritas Honduras, ha informado que “han brindado refugio temporal a  personas evacuadas de zonas de riesgo a las orillas de ríos”, porque “apenas esto es un estimado, todavía no se ha podido cuantificar la magnitud de los daños, hay zonas a las que todavía no hemos podido llegar por el difícil acceso. Calculamos que el impacto es mucho mayor a lo que han informado las autoridades”.

Cervantes ha lamentado la falta de coordinación entre el gobierno y los actores humanitarios, incluida Cáritas, porque “ha habido una respuesta muy centralizada, lo que hace más tardía la respuesta humanitaria sobre todo en aquellas zonas de difícil acceso”.

Por ahora “el equipo diocesano se encuentra recopilando información en coordinación con agentes de pastoral”, mientras que muchos de los albergues municipales del gobierno se encuentran saturados, por eso “estamos coordinando con los sacerdotes de la costa para habilitar parroquias y recibir a las personas que quedaron damnificadas”.

Foto: EFE

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