El Vaticano y China renuevan su histórico acuerdo para el nombramiento de obispos hasta 2022

‘Habemus’ prórroga. El Vaticano y China han renovado dos años más su histórico acuerdo para la renovación de obispos firmado el 22 de septiembre de 2018 y que entró en vigor un mes después. La Santa Sede ha hecho público hoy la ratificación del acuerdo provisional tras valorar la “buena comunicación y colaboración” de ambas partes en estos dos primeros años.



“Al expirar la vigencia del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular de China sobre el nombramiento de obispos, estipulado en Beijing el 22 de septiembre de 2018 y que entró en vigor un mes después, las dos partes acordaron extender la fase de implementación experimental del Acuerdo Provisional por otros dos años”, informa Sala Stampa en un comunicado.

Asimismo, “la Santa Sede, considerando que el lanzamiento de la aplicación del mencionado Acuerdo –de fundamental valor eclesial y pastoral– ha sido positivo, gracias a la buena comunicación y colaboración entre las partes en la materia acordada, pretende continuar el diálogo abierto y constructivo para promover la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo chino”, subraya el escueto texto.

La realidad es que la firma del acuerdo puso fin a 60 años de desencuentros entre el Vaticano y el régimen comunista, y, además, allanó el camino para que Pekín reconociese como jefe único de la Iglesia católica al Papa. De hecho, incluyó la aceptación de los siete obispos que habían sido nombrados sin el consentimiento vaticano.

Parolin, satisfecho

El cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, explicaba ayer ante los medios su deseo de que el acuerdo “pueda convertirse en instrumento de evangelización, un anuncio del Evangelio en la sociedad china para un desarrollo auténtico de todos sus habitantes”.

El texto cuenta con la “satisfacción” del purpurado, si bien reconoce que aun hay “varios problemas por resolver que no están previstos en el acuerdo” y en los que se “concentrarán a partir de ahora”. “Aun no se han abordado relaciones diplomáticas, nos hemos concentrado en los asuntos de la Iglesia”, indicaba Parolin, pero con esto se ha conseguido que “todos los obispos de la China están en comunión con el papa Francisco”.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, confirmó en una rueda de prensa el 10 de septiembre el acuerdo, “con los debidos esfuerzos de ambas partes, se ha implementado con éxito”.

“Desde principios de este año, ambos países se han apoyado mutuamente en medio de la pandemia del Covid-19 y han mantenido además su compromiso de defender la seguridad de la salud pública mundial. A la vez han acumulado una mayor confianza mutua y otros consensos. Las dos partes continuarán manteniendo una estrecha comunicación y consultas y mejorarán las relaciones bilaterales”, señaló Lijian.

Acuerdo pese a la oposición de Trump

El acuerdo se materializa pese a los intentos de Estados Unidos de torpedear las relaciones entre Pekín y Roma. Y es que el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, en un encuentro con los periodistas en Roma organizado por la Embajada estadounidense ante la Santa Sede el 19 de septiembre afirmaba que “el Vaticano pone en riesgo su autoridad moral si renueva el acuerdo”.

Entre los frutos del acuerdo, el pasado 6 de junio, el arzobispo Peter Lin Jiashan –nombrado por el Vaticano en 2016– pudo instalarse en su archidiócesis de Fuzhou tras el reconocimiento por las autoridades gubernamentales.

Con todo, los católicos chinos esperan la deseada visita del papa Francisco al gigante asiático. Un futurible viaje que convertiría a Francisco en el primer Papa en estar en esas tierras de visita apostólica.

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