El cardenal Koch avisa a los obispos alemanes desde el Vaticano: “No podéis llevar una agenda propia”

“Si los obispos alemanes calificaran la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe menos que un documento de un grupo de trabajo ecuménico, entonces algo ya no estaría bien en la jerarquía de criterios entre los obispos. Después de esta solicitud de hablar desde Roma, los obispos no pueden simplemente continuar con su propia agenda”. Así ha hablado el cardenal Curt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en una entrevista con Herder Korrespondenz.



El purpurado ha comentado la negativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe a la posibilidad de las invitaciones mutuas a la Cena del Señor y a la Eucaristía por parte de protestantes y cristianos en Alemania, propuesta en el documento ‘Juntos a la mesa del Señor’, elaborado por el Grupo de Trabajo Ecuménico de Teólogos Católicos y Protestantes (ÖAK).

“La carta de Roma”, ha proseguido Koch, indica claramente que el documento de la ÖAK toca temas que no pueden ser decididos simplemente por la Iglesia de un país”. Asimismo, ha subrayado que le “cuesta entender” de qué manera “se quiere seguir el camino de la comunión eucarística entre católicos y protestantes sin incluir a los ortodoxos y orientales en la conversación”.

Diferentes celebraciones

Para Koch, la misiva de Doctrina de la Fe no puede ser tomada como una simple aportación más al diálogo, sino que se trata de “un examen fáctico muy serio” del documento ‘Juntos a la mesa del Señor’. “La Congregación para la Doctrina de la Fe llama la atención sobre cuestiones que el documento ÖAK considera resueltas, pero que aún deben ser discutidas y profundizadas”.

De esta manera, el cardenal subraya que, mientras la ÖAK “apoya la tesis de que estas ya no son diferencias entre las iglesias, y se asume que que la Cena del Señor Evangélico y la Eucaristía Católica son básicamente dos formas diferentes de un evento”, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha señalado que “claramente existen serias diferencias y que, por lo tanto, las consecuencias extraídas en el documento ÖAK no pueden ser consideradas responsables en la situación ecuménica actual”.

El documento, que como apunta Koch se concluyó hace aproximadamente un año, ha suscitado críticas y preocupación dentro de la Iglesia. “Pude presentar mis preocupaciones al obispo Georg Bätzing en una conversación personal y explicarle que no puedo apoyar los puntos esenciales y, sobre todo, las consecuencias del documento”, ha asegurado. Sin embargo, Bätzing, actual presidente de los obispos alemanes y suscriptor del texto “no parecía muy convencido” ante los argumentos de Koch.

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