Arturo Sosa: “El papa Francisco es uno de los pocos líderes capaz de tocar los corazones y las mentes de la gente”

Arturo Sosa, padre general de los jesuitas

“La pandemia del Covid-19 ha mostrado la fragilidad de nuestro sistema mundial, las fallas que han estado allí durante tanto tiempo y que no queríamos ver o a las que en realidad estábamos ciegos”. Así ha comenzado su discurso esta mañana el padre general de los jesuitas, Arturo Sosa, en la primera sesión del curso ‘Liderazgo y discernimiento’, que se desarrollará desde hoy hasta el viernes en la curia de la Compañía de Jesús en Roma.



Se trata de la primera edición de este curso en castellano, ya que el año pasado se llevó a cabo en inglés. Hoy con la presencia y ponencia del cardenal presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Gianfranco Ravasi, y en el que participan funcionarios del Vaticano, superiores de órdenes masculinas y femeninas y laicos con funciones de responsabilidad en la Iglesia, gracias a la labor de la Pontificia Universidad Gregoriana, Georgetown University, Le Moyne College, la escuela de negocios ESADE y la Universidad de Deusto, que buscan integrar “las mejores ideas sobre liderazgo del mundo de los negocios con nuestro fundamento de fe y el discernimiento que se deriva para tomar decisiones en sintonía con el Espíritu”.

Sosa citó una larga lista de “fallas”, como “una injusticia económica que está causando que tanta gente huya de los países pobres o en guerra; el crecimiento de la desigualdad; la globalización de la indiferencia; el debilitamiento de la democracia política amenazada tanto por el populismo y la antipolítica como por los personalismos, tiranías, dictaduras y las ideologías fundamentalistas; la desviación de los medios de comunicación que ha visto reducido el papel vital de la televisión, la radio y la prensa en el seguimiento de la actividad política y se ha poblado de ‘fake news’; la parálisis de los Estados, gobiernos y sociedades en tomar acciones efectivas para la recuperación del equilibrio ambiental; la amenaza a los pueblos originarios y sus culturas; o la fragilidad del liderazgo nacional y mundial ante las tendencias destructivas de los recursos de la tierra y las necesidades de los migrantes, minorías étnicas, pobres…”.

“La pandemia también ha demostrado cómo el liderazgo puede inspirar, motivar y curar”, ha añadido Sosa. Y ha puesto de ejemplo al Papa, como “uno de los pocos líderes capaz de movilizarse, de preocuparse, de mostrar compasión, de tocar los corazones y las mentes de la gente, de suplicar un cambio. Francisco nos está llamando a contribuir al cambio necesario desde cualquier posición en la que nos encontremos”.

Liderazgo compasivo

El religioso venezolano busca proponer “un estilo de liderazgo compasivo capaz discernir el deseo de la Trinidad para este mundo en busca de justicia y reconciliación. Un liderazgo capaz de enfrentar opciones complejas con ecuanimidad y atento al grito de los pobres y los abandonados. Líderes conscientes de tener una misión más grande que ellos, que no pueden cumplir solos y se disponen a colaborar con otros para realizarla en el mejor modo posible”.

Para Sosa, “la misión de la Iglesia ofrece un lugar al mismo tiempo desafiante y alentador. A diferencia del mundo de las ganancias y las pérdidas, el ‘balance final’ para nosotros nunca es limpio, ordenado ni definitivo. El progreso de la misión en la que colaboramos no es fácil de cuantificar pues busca la conversión del corazón humano a la solidaridad, al amor, a la compasión, al bien común. Son procesos que podemos considerar intangibles e imposibles de medir. Sin embargo, podemos sentir su presencia en nuestro mundo… y, sobre todo, sentimos su ausencia”.

Sobre el curso, recalca que pretende ser “una pequeña planta, una pequeña iniciativa de sinodalidad, que necesitará ser cuidada. Si lo hacemos puede tener un impacto importante no solo en la Iglesia sino en nuestras sociedades. El futuro siempre es incierto. Pero caminamos hacia él llenos de esperanza”. 

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