Muere Enrique Irazoqui, el Cristo español de Pasolini

  • El protagonista de ‘El Evangelio según San Mateo’ murió ayer, 16 de septiembre, a los 76 años
  • Conoció al director italiana cuando buscaba financiación para su sindicato comunista clandestino
  • Casi ninguno de los actores eran actores profesionales, en busca de una mayor autenticidad
  • Toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus, al detalle

Irazoqui con Pasolini

Si hay una película sobre Jesús que ha roto moldes, esa es ‘El Evangelio según San Mateo’, que dirigió Pier Paolo Pasolini en 1964. Una obra de arte del realizador italiano que despertó muchas críticas en varios ambientes católicos que la consideraron “irreverente”, pero que contó con el claro apoyo de la Santa Sede; hasta el punto de que la cinta fue visionada en las aulas que acogieron la celebración del Concilio Vaticano II por expreso deseo de Juan XXIII, fallecido meses antes y a quien Pasolini dedicó la película.



Rodada con medios muy rudimentarios en varios pueblos del sur de Italia marcados por la fuerte pobreza, la mayoría de los actores eran no profesionales. Incluido su protagonista, el Cristo, interpretado por el barcelonés Enrique Irazoqui, economista y profesor de Literatura. Un Jesús de Nazaret que, casi seis décadas después, murió ayer, 16 de septiembre, a los 76 años.

Tres horas con un poeta…

En una entrevista en Vanity Fair, en 2018, el propio Irazoqui contó que conoció a Pasolini apenas unos meses antes de iniciarse el rodaje, cuando él, a sus 19 años, recorría Italia en busca de financiación para un sindicato comunista clandestino del que formaba parte en Barcelona: “Yo era el secretario general y, como mi madre era italiana, me mandaron a Italia para conocer gente importante que pudiera venir a las universidades españolas o que nos diera dinero, porque no teníamos un duro. Estuve en Florencia y en Roma, donde conocí a los escritores Rafael Alberti, Vasco Pratolini y Giorgio Bassani, entre otros. Y, el último día, el chico de las juventudes comunistas italianas que me acompañaba me dijo que teníamos tres horas para ver a un poeta que se llamaba Pier Paolo Pasolini”.

Entonces, el hechizo fue automático para el cineasta, que quería que su película tuviera un marcado sentido dramático que se debía percibir en las expresiones de los personajes, en los silencios o en los momentos en que la música lo invadía todo, desde la clásica hasta el gospel. Para ello, aseguraba, era clave que los actores no lo fueran como tal, sino que su autenticidad debía fluir de un modo conmovedor y capaz de llegar al espectador.

¡He encontrado a Jesús!

Así, nada más conocer a Irazoqui, se produjo una escena propia de haber sido rodada para una película sobre la película… “Llegamos a la casa, a nueve kilómetros de Roma, y nos abrió Pier Paolo. Entramos, nos hizo acomodarnos en el sofá, y entonces él se fue corriendo a llamar a Ninetto [Davoli], exclamando: ‘¡He encontrado a Jesús, Jesús está en mi casa!’. Yo no entendía qué estaba pasando. Pero empecé a dar mi discurso de siempre: ‘Las universidades españolas y sus organizaciones contra el fascismo, etcétera, etcétera…’. Y él, en lugar de interrumpirme como hacían todos los demás, se puso de pie y empezó a dar vueltas a mi alrededor. (…) Entonces me dijo que hacía dos años había leído el Evangelio de San Mateo y que quería hacer una película basada en él y que yo lo interpretara. Porque llevaba esos dos años buscando a su Cristo y no lo había encontrado. Me enteré después de que había pensado en gente como los escritores Yevgueni Yevtushenko y Luis Goytisolo, pero no le habían convencido. Y yo le dije que no, que no me interesaba”.

Pero ese “no” acabó siendo un “sí” y ese joven comunista que solo soñaba con hacer una revolución para derribar a Franco (era habitual verle en el descanso de los rodajes leyendo ‘El Capital’, de Karl Marx) acabó interpretando a Jesús de Nazaret para uno de mayores los iconos del cine de todos los tiempos. El resto es ya Historia con mayúsculas.

Noticias relacionadas
Compartir