La diócesis de Teruel y Albarracín reinventa su organigrama al estilo papa Francisco

Teruel y Albarracín se reinventa con una reestructuración diocesana que rompe con el organigrama habitual de las diócesis con la creación de cinco grandes delegaciones: Encuentro, Palabra, Liturgia, Misión y Periferias.



La nueva reforma turolense responde a los cambios que se han dado tanto en el Vaticano como en la Conferencia Episcopal y es fruto de un diálogo constante propiciado por el obispo tanto con sacerdotes y religiosos como por los laicos de la diócesis, con borradores que han ido y venido de unos a otros, como parte de la metodología sinodal que busca la implicación y corresponsabilidad del Pueblo de Dios.

Empuje pastoral

“La nueva reestructuración no es lo más importante, sino un renovado y eficaz empuje pastoral y por tanto evangelizador, que responda a los desafíos de este tiempo”, explican desde el Obispado, con el convencimiento de que “esta es la tarea que se nos presenta y que entre todos (laicado, vida religiosa, diácono y sacerdotes) debemos afrontar con creatividad y esperanza.

Cada una de las delegaciones aprobadas por el obispo Antonio Gómez Cantero cuenta con cinco áreas, cuyos responsables trabajarán conjuntamente formando el equipo. Uno de ellos será el delegado o delegada episcopal.  A ellas se suman los denominados organismos de comunión y participación, donde se enmarcarían el vicario general, el vicario de pastoral, el secretario canciller, el vicario judicial y el ecónomo diocesano, con sus correspondientes consejos y comisiones.

Presencia transversal

Resulta especialmente significativo la presencia transversal que además tendrán en cada una de las delegaciones Cáritas, Manos Unidas, Confer y las cofradías, con el objetivo de aterrizar la sinodalidad en la estructura diocesana.

En cuanto a las delegaciones episcopales, por ejemplo, la del Encuentro, se enmarca dentro del lema “Los que somos, al servicio de la profecía”. En ella se enmarcaría, desde el apostolado seglar, la pastoral de las familias y la vida, infancia, adolescencia y juventud, así como la vida religiosa y el clero.

En la Delegación de la Palabra –’Lo que contamos: hemos visto y oído’– se incluirían la formación, entre catequesis y educación, la cultura, y los medios de comunicación. Mientras, en la Delegación de Liturgia –’Lo que celebramos en la esperanza’– se tratarán los sacramentos, la vida contemplativa y la religiosidad populares. La misión ‘ad gentes’, el ecumenismo, migraciones, mayores y salud se trabajarán desde la Delegación de la Misión  -‘Lo que vivimos en la entrega’–. Mientras, Periferias –’Lo que buscamos, una tierra nueva’– será la Delegación que coordine a Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, la pastoral penitenciaria y el atrio de los gentiles.

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