La teóloga Anne Soupa se postula para ser la nueva ‘arzobispa’ de Lyon: “¿Por qué no yo?”

Anne Soupa

La teóloga Anne Soupa ha dado un paso al frente: quiere ser la nueva ‘arzobispa’ católica de Lyon. Así lo anunció ayer esta pensadora de 73 años, que se postuló como candidata con un único objetivo: concienciar sobre la “invisibilidad” de las mujeres en la Iglesia y acabar con el “techo de cristal” impuesto “para siempre”. Consciente de la sede vacante en la diócesis gala ante la renuncia del cardenal Philippe Barbarin, Soupa ya tiene lista una carta para presentarse dirigida al nuncio Luigi Ventura, responsable de elaborar la terna para presentar al Papa.



“No es una locura. ¿Por qué no yo? ¿Y por qué no ella? Estas son las ideas que tenemos que lograr poner en la cabeza de las mujeres católicas”, dejaba caer ayer esta biblista, casada, madre de familia y confundadora de la Conferencia Católica de Francófonos Bautizados, una asociación reformista dentro del catolicismo galo con una década de existencia.

La misión del obispo

Convencida de que su propuesta no llegará a término, entre otras cosas porque el derecho canónico no lo contempla, sí considera oportuno abrir el debate sobre el liderazgo real de los laicos en el seno eclesial: “Creo que un laico puede gobernar una diócesis, garantizar la rectitud doctrina y proteger a los pequeños, que es la misión principal del obispo. Yo, como laico o laica, puedo ser un guía espiritual, sin que se me atribuya directamente la cuestión de los sacramentos. Para mí, son dos cosas diferentes”.

En concreto, Soupa preside el llamado “Comité de Faldas” que reclama acciones concretas para una igualdad real de las mujeres y los laicos en el seno de la Iglesia. “Hay mucho trabajo por hacer. El desconcierto que genera mi candidatura, deja claro que tenemos que abrir las conciencias a muchas preguntas. Debemos preguntarnos si no hay otra forma de gobernar cuando se considera que el poder reconocido de las mujeres en la iglesia se considera ‘extraordinario’”, defiende la teóloga.

Comprender el mundo moderno

“La carta al nuncio es una profesión de fe, un programa para Lyon”, expresa esta mujer sobre cómo se ha de pastorear una archidiócesis que se ha convertidfo en el epicentro francés de la lucha contra los abusos sexuales. Aun así, considera necesario este tipo de gestos para que los hombres “se den cuenta de que otro rostro de la Iglesia es posible”.

Con esta iniciativa, Soupa anima a las mujeres creyentes que se sienten “limitadas” dentro de los círculos eclesiales, a que se “postulen allí donde se sientan llamadas”. “La Iglesia no siempre comprende el mundo moderno y ha tenido dificultades para integrar procesos actuales y proactivos. Pero depende de nosotros, de la base, hacerlo comprender”, apunta.

Noticias relacionadas
Compartir