El papa Francisco presenta en la audiencia general la oración como el “misterio más íntimo de nosotros mismos”

El papa Francisco, en la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico

El papa Francisco celebró este miércoles la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, como es habitual desde que comenzó la pandemia de coronavirus, y dedicó su catequesis a la oración, que según dijo “pertenece a los hombres de cualquier religión y probablemente también a los que no profesan ninguna”.



Rezar supone “el misterio más íntimo de nosotros mismos”, destacó el Pontífice, asegurando que “las emociones rezan, pero no se puede decir que la oración sea solo emoción”. También reza la inteligencia, aunque “rezar no es solo un acto intelectual”. Igualmente reza el cuerpo, pero “se puede hablar con Dios en la más grave invalidez”. Es en definitiva “todo el hombre” el que reza por medio de su corazón.

“Es una invocación que va más allá de nosotros mismos, es algo que nace de la intimidad de nuestra persona y se extiende porque advierte la nostalgia de un encuentro. Es más que una necesidad”, dijo Jorge Mario Bergoglio improvisando sobre el texto que tenía preparado. “Es un encuentro entre el yo y el tú que no puede hacerse con calculadoras, es un encuentro humano que a veces se hace a tientas”.

Misa frente al altar de san Juan Pablo II

En su alocución, el Papa destacó cómo la “primera característica” de la oración cristiana es que “entra en relación con el Dios del rostro tierno, que no quiere infundir miedo en los hombres”. El cristianismo “prohibió” la relación “feudal” con Dios al pasar de expresiones como “esclavitud” o “vasallaje” a palabras como “alianza”, “amistad”, “comunión” o “cercanía”. “Dios siempre está cerca de la puerta de nuestro corazón, pero no es invasivo. Su paciencia con nosotros es como la de una madre y un padre”, comentó Francisco.

En su saludo a los fieles de distintas lenguas al final de la audiencia, el Pontífice recordó que hoy se celebra la memoria de Nuestra Señora de Fátima y destacó que el próximo lunes se cumple un centenario del nacimiento de San Juan Pablo II. Por ello ese día celebrará frente al altar de su tumba una misa a las 7 de la mañana que será retransmitida por los medios de comunicación. El Papa agradeció que la Iglesia pudiera contar con el “santo obispo de Roma” que fue Karol Wojtyla y le pidió que “ayude a la Iglesia de Roma para convertirse y seguir adelante”.

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