El Papa avisa: “¿Cuál es el arma del diablo para destruir la evangelización? La envidia”

“¡Cuánto cuesta a la comunidad cristiana llevar adelante las maravillas del Señor!”. Con esta reflexión, arrancó la homilía del Papa esta mañana, en el marco de la eucaristía diaria desde la capilla de Santa Marta. Francisco alertó hoy de la lucha permanente que existe en la historia entre “el Espíritu Santo da la armonía la Iglesia y el espíritu del mal que destruye”.



“Estemos atentos con cómo predicamos el Evangelio y nunca dar importancia en los poderes temporales y el dinero”, advirtió Francisco: “La confianza del cristiano es Jesucristo y el Espíritu Santo que él ha enviado, que es la fuerza y la levadura que hace crecer a la Iglesia”.

Una Iglesia, siempre con dificultades

La Iglesia avanza en paz, con resignación y alegría, entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo”, reflexionó el Papa. Es más, recordó que ya “desde la primera mañana de la Resurrección de Cristo está la tentación de silenciar a Cristo”. “¿Cuál es el instrumento del diablo para destruir el anuncio del Evangelio?”, se preguntó. No dudó en responder: “La envidia”. Francisco alertó de que estos celos se convierten “en rabia”, esa que llevó al grito contra Jesús: “¡Crucifícalo!”.

“A una Iglesia que no tiene dificultades, le falta algo. Eso es que el diablo está demasiado tranquilo. Y si el diablo está tranquilo, significa que las cosas no van bien”, apostilló. “Al final la Iglesia avanza, el balance es positivo, pero ¡cuánto dolor y cuánto martirio se da mientras!”, añadió.

Al comienzo de la eucaristía, el Papa elevó su oración por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la festividad de Santa Luisa Marillac: “Rezamos por las religiosas vicentinas que llevan adelante el centro médico vaticano y su trabajo en Santa Marta. Que el Señor bendiga a las religiosas”, expresó.

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