Francisco advierte contra “el peligro” de una Iglesia al margen de la comunidad

Francisco- Misa Santa Marta

Misa en Santa Marta en streaming. Menos participantes de lo habitual por las medidas de distanciamiento a que obliga la pandemia del coronavirus. Solo un puñado podrá comulgar. Y una advertencia del papa Francisco: “Esta no es la Iglesia, esta es la Iglesia en una situación difícil, donde el Señor lo permite, pero el ideal de la Iglesia es estar junto al Pueblo de Dios y con los sacramentos”.



Por ello, el Papa, que dedicó su homilía a glosar la importancia de la comunidad a la luz del pasaje evangélico de la pesca milagrosa, recordó que aquella familiaridad que mostraban los apóstoles con Jesús –fruto de “un camino de madurez”– “es siempre comunitaria, es íntima, personal, pero en comunidad, siempre alrededor de la mesa, con los sacramentos, con el pan”.“

“Esta no es la Iglesia”

“Una familiaridad sin comunidad –prosiguió Jorge Mario Bergoglio–, sin el pan, sin la Iglesia, sin el pueblo, sin los sacramento, es peligrosa, puede convertirse en una familiaridad gnóstica, solo para mí, separada del pueblo de Dios”.

“Lo digo porque alguno me ha hecho reflexionar sobre el peligro de este momento que vivimos con esta pandemia, que ha hecho que todos nos comuniquemos, incluso religiosamente a través de los medios de comunicación, incluso en esta misa, estamos comunicados, espiritualmente juntos, estamos juntos, pero no lo estamos. La gente que está conectada en estas eucaristía solo recibirá la comunión espiritual, y esta no es la Iglesia”.

Con los sacramentos y el pueblo

De ahí que volviese a incidir en el peligro latente que conlleva esta situación extraordinaria, por lo que demandó “atención para no viralizar a la Iglesia, para no viralizar los sacramentos y no viralizar al Pueblo de Dios”.

“Todos ellos –remarcó– son concretos”, aunque “ahora tenemos que hacer esta familiaridad con el Señor de este modo, pero para salir del túnel, no para quedarnos en el túnel”, una familiaridad, insistió, “no viralizada, no egoísta, sino concreta con el pueblo y con el Señor en la vida cotidiana, la familiaridad con el Señor en los sacramentos, en medio del Pueblo de Dios”.

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