El cardenal de Myanmar acusa al gobierno chino de ser “el principal responsable” de la pandemia del coronavirus

“El régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) es el principal responsable” de la pandemia del coronavirus. Así lo ha declarado, de forma clara y directa, el cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon (Myanmar), en un comunicado publicado en la web de la Diócesis. Y es que, para Bo, “lo que ha hecho y lo que no ha hecho” el Partido está produciendo “daños a vidas en todo el mundo”, siendo el pueblo chino “la primera víctima” del Covid-19, ya que también es “la primera víctima de este régimen represivo”.



Bo se convierte, de esta manera, en la primera figura eclesiástica en acusar de manera pública y directa al gobierno chino desde que comenzó la epidemia en la ciudad de Wuhan (provincia de Hubei) el pasado mes de diciembre. Además, subraya que el Partido Comunista debería responsabilizarse de los daños “humanos y económicos” que esta pandemia está provocando en todo el mundo.

Así, subraya la “actitud negligente” mostrada por las autoridades de China, especialmente por el PCCh, liderado por Xi Jinping. “Un modelo epidemiológico en la Universidad de Southampton demostró que si China hubiera actuado responsablemente solo una, dos o tres semanas más rápidamente, el número afectados por el virus se habría reducido en un 66 por ciento, 86 por ciento y 95 por ciento, respectivamente”, explica Bo, subrayando que “su fracaso ha desatado un contagio global que mata a miles” de personas.

Buscar a los responsables, pero sin racismo

“En mi propio país, Myanmar, somos extremadamente vulnerables”, añade, ya que este Estado limítrofe con China es “una nación pobre, sin los recursos de salud y asistencia social que tienen las naciones más desarrolladas” en las que sus propios sistemas sanitarios se están viendo “abrumados”. Además, recuerda que “cientos de miles de personas en Myanmar son desplazadas por el conflicto, viviendo en campamentos en el país o en nuestras fronteras”, en unas condiciones en las que escasea el ” saneamiento, los medicamentos o cuidados adecuados”. “En estos campamentos superpoblados, las medidas de ‘distanciamiento social’ implementadas por muchos países son imposibles de aplicar”, asevera.

Por todo ello, Bo anima a “en medida que se examinan los daños”, preguntarse quién es el responsable de que la pandemia se haya extendido como lo ha hecho. El arzobispo no niega que los gobiernos del resto del mundo pudieran haberse “preparado” antes, pero recalca que “hay un gobierno que tiene la responsabilidad principal, como resultado de lo que ha hecho y lo que no ha podido hacer, y ese es el régimen del Partido Comunista Chino”.

“Permítanme ser claro”, continúa, “es el PCCh el responsable, no el pueblo de China”. De esta manera, Bo hace un llamamiento a no responder ante esta crisis cayendo en el “odio racial hacia los chinos”, quienes son, subraya, “las principales víctimas”. “Se merecen nuestra simpatía, nuestra solidaridad y nuestro apoyo”, dice el purpurado, pero “son la represión, las mentiras y la corrupción del PCCh las responsables”.

Contra la represión china

Con sus palabras Bo recuerda la represión, ahora confirmada, que ejerció el gobierno chino contra quienes advirtieron del virus, sobre todo contra el personal sanitario. “En lugar de proteger al público y apoyar a los médicos, el PCCh silenció a los denunciantes”, apunta. “Peor que eso, los médicos que intentaron dar la voz de alarma, como el Dr. Li Wenliang en el Hospital Central de Wuhan, quien emitió una advertencia a sus médicos el 30 de diciembre, recibieron la orden de la policía de ‘dejar de hacer comentarios falsos'”. 

Del mismo modo, “los jóvenes periodistas que intentaron informar sobre el virus desaparecieron”, como “Li Zehua, Chen Qiushi y Fang Bin”, quienes ahora mismo “se encuentran entre los que se cree que fueron arrestados simplemente por decir la verdad”. Además, una vez que se supo la verdad, “el PCCh rechazó las ofertas iniciales de ayuda”, y Beijing “ignoró al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU” durante más de un mes.

Además de todo esto, el cardenal apunta que “existe una profunda preocupación de que las estadísticas oficiales del régimen chino minimicen significativamente la escala de infección” dentro del país, así como el número real de fallecidos que, según los cálculos externos, podrían ser más de 40.000 solo en Wuhan. “El régimen chino liderado por Xi, y no su pueblo, nos debe una disculpa y una compensación por la destrucción que ha causado”, finaliza Bo, quien considera que China debe, “como mínimo, debe cancelar las deudas de otros países para cubrir el costo de Covid-19”.

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