El coronavirus también trastoca el Rocío: suspendida la romería y el traslado de la Virgen a la aldea

La Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz de Almonte suspende la romería del Rocío y el traslado de la Virgen a la aldea. El coronavirus también ha podido con la fiesta grande Huelva, que iba a celebrarse del 29 de mayo al 1 de junio. El presidente de la Hermandad, Santiago Padilla, ha informado en una carta a todos los hermanos la decisión, tomada, “con dolor pero con fortaleza”, “por responsabilidad”.

Asimismo, también han determinado cancelar todos los actos previos programados en Almonte, desde el cabildo de elección de Hermano Mayor del Domingo de Resurrección, la asamblea general de Presidentes y Hermanos Mayores del 19 de abril y los actos de mayo, con la procesión de la Santísima Virgen por sus calles el día 17 o el regreso a la aldea del Rocío, el día 24.


Padilla reconoce que “la máxima prioridad que en estos momentos debe constituir el único motivo de atención y preocupación de todos: la salud”. El presidente advierte que toman la decisión porque no quieren aventurarse, debido a la imposibilidad de predecir cómo se seguirá comportando el virus que tiene en jaque al mundo.

Ofrecer el sacrificio por los sufrientes

Del mismo modo, insta a los hermanos a ofrecer “este sacrificio tan importante por todas las personas que ya están sufriendo en la primera línea de batalla las consecuencias de esta pandemia que ha trastocado todos los planes de familias, empresas e instituciones en todo el mundo”. “Por los enfermos, por los dolientes de los fallecidos, por los agentes de la sanidad, de la autoridad y de todos los ámbitos laborales que están sosteniendo el sistema en estas circunstancias tan difíciles”, añade.

Padilla aprovecha la misiva para pedir la intercesión de la Virgen y sea “fuente de fortaleza y de consuelo en estos momentos y en los que están por venir”. Así, llama a todos a “centrar todos los esfuerzos en nuestras familias, en nuestras empresas, en nuestra parroquia, en nuestro pueblo, en los órganos que vertebran nuestra sociedad y nuestra comunidad de creyentes”. Y culmina su carta con una proclama que suena más fuerte que nunca: “¡Viva la Virgen del Rocío!”.

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