Solo faltaba la reunión oficial a tres bandas para que se certificara una decisión que prácticamente se esperaba desde ayer. Sevilla se queda sin Semana Santa. No habrá procesiones en la capital de Andalucía. El alcalde Juan Espadas, el arzobispo Juan José Asenjo y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, tomaban la decisión esta mañana en el Ayuntamiento de Sevilla y así lo hacían saber a mediodía.
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“Lo siento en el alma pero no quedaba otra alternativa, como todos pueden comprender, considerando razones de tipo religioso, emocional, económico…”, justificó a la salida del encuentro en redes sociales Juan José Asenjo, que reconoció que decretar el estado de alarma ha sido determinante para la cancelación de las procesiones. Las orientaciones lanzadas por la Conferencia Episcopal ayer por la tarde tampoco dejaban lugar a dudas.
La decisión más dura
“Lo hemos hecho por honradez y fidelidad a nuestro pueblo”, insistió. “Es la decisión más dura en la que he participado como alcalde en estos cinco años”, admitió por su parte Vélez nada más concluir la cita.
El arzobispo de Sevilla quiso aclarar que “suprimir las estaciones de penitencia no significa suprimir la Semana Santa, la celebraremos en la intimidad”. Lo cierto es que desde 1933, en los tiempos más complejos de la Segunda República, no se había suspendido la mayor celebración en la calle de piedad popular de nuestro país.
Aforo limitado
Asenjo reconoció la dificultad de las vivir los días de la Pasión en los templos “porque las limitaciones que nos imponen las circunstancias harán que solo se pueda ocupar un tercio del aforo de las iglesias y a una distancia de metro y medio”.
Por eso, el pastor de la capital andaluza animó a que “siempre es posible vivir la Semana Santa con verdadera seriedad y responsabilidad en el hogar, tal y como nos piden las circunstancias en un clima de oración, penitencia, acompañados por la lectura del Evangelio de la Pasión, con el vía crucis, con la comunión espiritual….”
