Francisco: “Una Iglesia de la norma es una Iglesia a medias”

José como el hombre que supo “entrar en el misterio de Dios”. Es el perfil que el Papa quiso dibujar durante la eucaristía matutina de Santa Marta hoy 19 de marzo. En el Día del Padre, Francisco explicó que “el Evangelio nos dice que san José era justo y, por tanto, un hombre de fe. José era justo no solo porque creía sino porque vivía esta fe”, comentó el Papa revestido con casulla blanca, propia para esta fiesta.



A partir de la figura de José, el obispo de Roma meditó en su homilía: “Pienso en la Iglesia hoy, en nuestros fieles, en nuestros obispos, sacerdotes, consagradas y consagrados, los papas… ¿Son capaces de entrar en el misterio? ¿o tienen necesidad de regularse según los preceptos que los defienden de aquello que no pueden controlar?”.

El sentido de la adoración

“Cuando la Iglesia pierde la posibilidad de entrar en el misterio, pierde la capacidad de adorar. La oración de adoración solamente puede darse cuando se entra en el misterio de Dios”, apreció en una misa que concluiría con la exposición del Santísimo.

“Pidamos al Señor la gracia para que la Iglesia pueda vivir en la concreción de la vida cotidiana y en la’ concreción’ del misterio”, reclamó el Papa, que expresó una honda preocupación inmediatamente después: “Si no, será una Iglesia a medias, una asociación pía que sale adelante por medio de reglas, pero sin sentido de la adoración. Entrar en el misterio no es soñar es adorar, es hacer hoy aquello que haremos en el futuro cuando lleguemos a la presencia de Dios”.

Capaz de hablar

“José fue capaz de hablar con Dios. Vive su profesión y su vida de hombre y que dialogaba con el misterio. No era un soñador”, elogió Francisco, que quiso aclarar que cuando se hablar del “sueño” de José se hacer referencia a su capacidad para entrar en el misterio”.

Sobre su capacidad de trabajo, Francisco llegó a afirmar que era “capaz de ajustar milimétricamente un ángulo con la madera, sabía hacerlo. Era preciso, pero también era capaz de entrar en el misterio que no podía controlar”.

Por los presos

Es de sobra conocida la devoción de Jorge Mario Bergoglio a san José, al que se encomienda en no pocas ocasiones, por considerar que es como todos los artesanos carpinteros, que se toman su tiempo en su trabajo, pero siempre lo cumplen perfectamente.  De hecho, en la audiencia general de ayer, Francisco imploró a san José para que custodie a los enfermos de la pandemia.

En su oración inicial, el Papa rezó “por los hermanos y hermanas que están en la cárcel, ellos sufren tanto por la incertidumbre de lo que sucederá en la prisión y pensando en cómo están sus familias, si están enfermos o les falta algo”. “Seamos cercanos a los encarcelados hoy, que sufren tanto en este momento de incertidumbre y dolor”.

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