Los retos de México ante el fracaso de su sistema educativo

  • Especialistas hablan para Vida Nueva sobre las situaciones que han llevado al país a tener uno de los sistemas educativos más deficientes
  • Aseguran que no es suficiente invertir en capacitación, programas, tecnología e instalaciones si no hay detrás un verdadero compromiso de todos los actores

A principios de diciembre, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) dio a conocer que casi cuatro de cada diez estudiantes mexicanos de 15 años no tienen el nivel mínimo de competencia en matemáticas, lectura y ciencia, y que entre cinco y seis estudiantes que concluyen sus estudios de secundaria no están listos para ser competitivos en preparatoria.

En ese contexto, Vida Nueva entrevistó a dos especialistas en la materia: la hermana María de Lourdes Pank Valenzuela, de las Misioneras Eucarísticas de la Santísima Trinidad (MESST), y la pedagoga Claudia Castellanos, quien promueve en el país la educación “Maker”, basada en objetos y proyectos.

Falta compromiso por la educación

María de Lourdes Pank está convencida de que para las autoridades no es una prioridad la educación, pues no se ha invertido lo necesario y sólo se ha promovido una reforma que en el papel parece competitiva, pero que en la práctica deja mucho que desear. “Han tenido más peso los intereses políticos que la verdadera intención de generar un cambio en la educación que redunde en beneficio de la población y el desarrollo de nuestro país”, dice.

Sin embargo –dice– la educación no sólo es responsabilidad de las autoridades sino de todos: “gobierno, instituciones, familia e Iglesia, no hemos hecho lo suficiente para elevar el nivel educativo y disminuir el rezago. No hemos sabido motivar a los estudiantes para aprender, les facilitamos las cosas y con ello impedimos el desarrollo de sus habilidades. Y es que no estamos preparados como país para atender y responder a las necesidades educativas de las nuevas generaciones, seguimos utilizando métodos del pasado que definitivamente no dan resultados con los estudiantes de hoy”.

Para la religiosa, el compromiso es fundamental: “las instituciones privadas serias hacemos un gran esfuerzo por invertir en capacitación, programas, tecnología e instalaciones, y nunca terminamos de actualizarnos. Y aun así, esas inversiones no garantizan la educación de calidad si no hay detrás un verdadero compromiso con la educación y el desarrollo de nuestro país”.

En general –agregó– los actores de la educación “no hemos asumido un compromiso real para generar una educación de calidad, una educación que no sólo forme hombres y mujeres exitosos, sino buenos ciudadanos; y no se diga en las escuelas católicas, donde se deben formar cristianos comprometidos con su sociedad y con sus hermanos menos favorecidos”.

¿Hackear el sistema educativo?

Claudia Castellanos, por su parte, asegura que el sistema educativo mexicano sigue estancado en el pasado. “Desde el año 2000 se vienen evaluando generaciones que, en general, han sido formadas bajo los mismos procesos de educación tradicional. El colmo, además, es que a muchos estudiantes se les prepara, no para aprender y desarrollar pensamiento crítico, autónomo, creativo y de resolución de problemas, sino precisamente para presentar dichos exámenes internacionales estandarizados”.

Consideró que el sistema educativo mexicano “ignora el ritmo y extensión de los cambios tecnológicos, demográficos, incluso climáticos, que están remodelando el rostro del mundo actual. Y desafortunadamente desconocen o ignoran voluntariamente las alternativas educativas, en cuanto a herramientas o metodologías de aprendizaje con las que cotidianamente están aprendiendo millones de niños en otras partes del mundo. No hay disposición de los mismos formadores para el re-aprender, cambiar e implementar procesos educativos alternativos, como la educación ‘Maker’, la integración de enfoques STEAM con base experimental, la integración de herramientas digitales, etcétera”.

Para la pedagoga, existen muchas alternativas para “aprender a aprender con sentido (personal, humano, social, de futuro) pero ello implica ‘hackear’ el sistema educativo y generar modelos disruptivos que permitan desarrollar las competencias que realmente requieren las nuevas generaciones para ser protagonistas de la construcción de alternativas”.

Compromiso y unión

A manera de solución para superar el rezago educativo, la religiosa María de Lourdes Pank destacó la capacitación y la formación de los docentes –y de todo el personal que colabora en las escuelas– para que descubran esta profesión como una vocación, una vocación de servicio”.

Tras hacer un llamado a innovar en las aulas y romper esquemas, insistió en la importancia del compromiso, no sólo cumplir con el programa y la planeación elaborada al inicio del ciclo escolar. “El gobierno, las instituciones privadas y padres de familia, todos debemos invertir, y no sólo dinero, también tiempo para crear, para innovar, para estar con quien necesita más apoyo, para prepararnos, etcétera. Hacer llegar los recursos y herramientas a aquellos lugares más abandonados, y trabajar de la mano Escuela-Familia”.

Claudia Castellanos también consideró clave el compromiso y la unión, “y que las personas dedicadas a la educación pongan al servicio de la comunidad lo que saben hacer”.

El papa Francisco –concluyó– “lo expresa muy bien en su reciente invitación a reconstruir el pacto educativo global: ‘Debemos basar los procesos educativos en la conciencia de que todo el mundo está íntimamente conectado y es necesario encontrar otras formas para entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso. Debemos tener el coraje de formar personas disponibles a ponerse al servicio de la comunidad… promover y activar juntos este pacto educativo. Probemos juntos el encontrar soluciones, iniciar procesos de transformación, sin miedo. Invito a cada uno a ser protagonista de esta alianza’”.

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