Preocupación por los nuevos proyectos que intentan modificar la ley de educación sexual integral en Argentina

Los obispos de las Comisiones de Vida, Laicos y familia y de Educación católica se pronunciaron sobre estas deliberaciones con un documento titulado ‘Educar para convivir en el respeto y en el diálogo’

Preocupados por los proyectos de ley que intentarán modificar la ley 26150 referida a la Educación Sexual Integral (ESI), las Comisiones Episcopales de Vida, Laicos  y Familia y la de Educación Católica, presentaron un mensaje ‘Educar para convivir en el respeto y en el diálogo’.

En términos generales, las modificaciones propuestas a esta ley desconocen a la familia como educadora natural de los hijos, y el derecho de las comunidades educativas a adecuar la enseñanza de la ESI a su ideario institucional.

Consideraciones del documento

Ambas comisiones presentaron distintos puntos a tener en cuenta en la eventual modificación de la ley mencionada, a saber:

  • Recuerdan que los padres son los primeros educadores de sus hijos; al Estado y a la escuela le corresponde un papel subsidiario en esa tarea.
  • Tanto la escuela pública como la católica pueden apoyar la insustituible tarea y derecho que tienen los padres a la educación sexual de sus hijos e hijas, aprovechando el tiempo que pasan estos en las instituciones educativas.
  • Ratifican lo expresado en el documento “Sí a la educación sexual” (octubre de 2018): Debemos dar pasos para fortalecer la educación sexual positiva, progresiva e interdisciplinar, en el ámbito intrafamiliar y escolar.
  • Solo una buena educación permite tomar decisiones libres y responsables.
  • En el campo de la legislación educativa, hace falta respetar la libertad, de los padres y también de las comunidades e instituciones específicas, propias de sociedades pluralistas (El Dios de la Vida y el Amor Humano)
  • La educación sexual integral debe respetar la libertad religiosa de las instituciones, y la libertad de conciencia, derecho sagrado e inalienable que debe ser siempre custodiado.
  • Sin libertad, se cierra la puerta al diálogo y al enriquecimiento recíproco, y se la abre a las ideas intransigentes y conductas rígidas, que deshumanizan y empobrecen.
  • Una norma fundamental para todos debe ser el respeto a las propias realidades, principios, valores, opciones y convicciones.
  • Los chicos y chicas deben recibir en la escuela un mensaje coherente, alineado, complementario, respecto de aquel que reciben en el hogar.

Reconocimiento y aliento

Antes de finalizar el documento, los obispos reconocieron el trabajo de “los educadores que testimonian la belleza de la vida, el amor y la sexualidad humana, y se esfuerzan por educar en una sexualidad nacida del amor entendido como donación de sí. Los alentamos a seguir educando en el amor a la vida, el respeto por el otro, y en los valores del pudor, la pureza, la gratuidad”[1].

También agradecieron la tarea de legisladores, funcionarios judiciales y abogados, que trabajan por garantizar los derechos de los padres y docentes a una educación integral de la sexualidad, inspirada en los valores evangélicos y cuidadosa de la libertad y el respeto al otro.

 

[1] Papa Francisco, Christus vivit, n. 265.

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