“Estoy renunciando justamente para que mis hermanas y hermanos, dirigentes del movimiento al socialismo, no sean hostigados, perseguidos y amenazados, lamento mucho este golpe”. Así iniciaba su alocución Evo Morales al hacer pública su renuncia como presidente de Bolivia –luego de 13 años, nueve meses y 18 días en el poder– este domingo, 10 de noviembre, tras unos comicios electorales cuestionados por sus adversarios políticos, lo que desató en las últimas semanas una ola de manifestaciones en todo el país dejando un centenar de heridos y tres fallecidos.
Mientras Morales renunciaba en Cochabamba, su cuna política, junto con su vicepresidente Alberto García Llineras, líderes de la oposición y los comités cívicos del Potosí y Santa Cruz lograron acceder al Palacio Presidencial en La Paz y con una bandera de Bolivia, una Biblia y la carta de renuncia realizaron un acto simbólico como señal que el mandatario había dimitido. Más temprano militares y la policía le habían pedido que dejara el cargo.
“Muestre respeto por Bolivia”
Horas antes, Ricardo Centellas, obispo de Potosí y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), había pedido la renuncia, en un carta abierta, al mandatario para “pacificar el país” ante el inminente fraude electoral perpetrado. De hecho la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió a primera hora de este domingo un informe, en el que advierte de serias irregularidades en el cómputo de los resultados de los comicios generales del 20 de octubre.
En un duro mensaje el prelado ha dicho al líder indígena que “muestre su respeto por Bolivia y por Potosí, renuncie para pacificar el país y asuma su responsabilidad por el fraude electoral y no siga provocando mayor incertidumbre”.
“Detestamos las actitudes de confrontar a la población boliviana y las de sus colaboradores que siembran terrorismo de Estado. Basta ya de violencia y de dobles discursos, invitando a la pacificación y convocando a la violencia que generan enfrentamientos entre bolivianos”, cuestionó el obispo.
Apoyo incondicional a la democracia
El presidente del episcopado boliviano reiteró una vez más el compromiso de la Iglesia por la vida, lo cual “nos compromete a defender la integridad del pueblo, respetando la vida y el bienestar de todos. No podemos aceptar el crecimiento de la violencia para que siga sufriendo nuestro pueblo, especialmente los más pobres”.
Igualmente ha expresado su apoyo incondicional a la democracia, en especial “a toda la protesta cívica por un nuevo orden constitucional y refundación de la república de Bolivia sobre nuevas bases de verdadera solidaridad y colaboración entre todos los bolivianos, de acuerdo al reclamo incesante de la gran mayoría de nuestra gente”, acotó.
Foto: T13