El nuevo nuncio de España y su defensa cerrada de la mujer: “Sin ellas no habría paz”

El todavía observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, Bernardito Auza, ha reflexionado acerca de la necesidad de impulsar el papel femenino en puestos de decisión “por el bien de todos”

Bernardito Auza

Durante su intervención en el debate abierto sobre mujer, paz y seguridad, Bernardito Auza – observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas y recientemente nombrado por Francisco nuncio apostólico en España, como adelantó Vida Nueva -, subrayó que las mujeres “rara vez” son la causa o las perpetradoras de la violencia, si bien “suelen ser las primeras víctimas”. “Pero no son solo eso”, ha añadido, tal como recoge Vatican News, ya que “tienen un papel esencial e insustituible como protagonistas en la promoción de la paz”.

Además, subrayó que “son las más afectadas por los efectos negativos” de los conflictos, ya sea por el desplazamiento forzado, la pobreza o la falta de servicios básicos. “Es necesario condenar firmemente la violencia sexual utilizada como arma de guerra”, afirmó Auza, reclamando que los autores de este tipo de actos sean “llevados ante la justicia” sin excepción, puesto que abordar “la impunidad generalizada de esas acciones” es esencial“si se quiere que disminuyan esos delitos”.

“Es importante”, continuó Auza, refiriéndose a las mujeres, “que su insustituible genio y experiencia se aprovechen en la adopción de decisiones en los planos nacional, regional e internacional”. Del mismo modo, remarcó la importancia de que las operaciones de mantenimiento por la paz de las Naciones Unidas, “sean más sensibles a las necesidades básicas de las mujeres y las niñas, tanto para garantizar la protección de quienes se encuentran en situaciones de conflicto como para facilitar la presencia de mujeres uniformadas en las misiones de mantenimiento de la paz”.

Incorporar a la mujer en procesos de paz

Recordando la labor de la Madre Teresa de Calcuta, el nuevo nuncio de España quiso poner de manifiesto la “labor cotidiana de miles de religiosas católicas que trabajan en todo el mundo para asegurar la promoción de la dignidad y el progreso de las mujeres y las niñas”. Un elemento fundamental, pero “poco reconocido”, para “la construcción y el mantenimiento de sociedades pacíficas”.

Así, Auza señaló que para que Naciones Unidas pueda cumplir su responsabilidad como promotor de paz y seguridad, “el Consejo de Seguridad debe velar por que el programa relativo a la mujer, la paz y la seguridad reciba algo más que compromisos verbales”. “Por el contrario”, continuó, “debe asegurar que las políticas y los programas sean fundados e implementados a todos los niveles para fomentar la incorporación de la mujer en los procesos de paz y lograr resultados más profundos y duraderos para el bien de todos”.

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