Mientras en Roma se abría el Sínodo de la Amazonía, en Santiago de Compostela se clausuró el encuentro de presidentes de Conferencias Episcopales de Europa. En su manifiesto final los prelados han querido gritar “Levántate, Europa”, para infundir “un mensaje de esperanza a una Europa angustiada”. Algo que han experimentado al ver a los peregrinos, muchos de ellos jóvenes, que peregrinan hasta la tumba del apóstol.
Los prelados son conscientes de los errores cometidos en el seno de la Iglesia y “conscientes de nuestros límites y de tantas debilidades que causan sufrimiento a toda la Iglesia, también nosotros llegamos a la Catedral para depositar, en el rito del Abrazo, nuestra aflicción y súplica en los hombros del Apóstol, para pedir perdón por nuestros errores y comprometernos nosotros mismos con esperanza y confianza en el futuro”.
En el texto, ponen de manifiesto también el testimonio de los santos europeos. Por ello claman: “Europa, alégrate de la bondad de tu gente, de los muchos santos escondidos que cada día contribuyen en silencio a la construcción de una sociedad civil más justa y humana”. Además, piden al Apóstol peregrino que cuide “a las familias, las únicas capaces de asegurar nuestro futuro. Reconoce con gratitud su fe en Dios y su ejemplo”.
Visita de los participantes al Centro de Atención al Peregrino en Santiago del Compostela.
Que resuene la esperanza
En la celebración de la eucaristía en la Iglesia de San Francisco –la catedral sigue sin culto por las obras integrales de restauración de cara al 2021–, el arzobispo compostelano, Julián Barrio, recordó que no “debemos olvidar la clave de la eternidad para entrar en el ordenador temporal de nuestra existencia”. Antes de la visita de los participantes del encuentro al actual Centro de Acogida de Peregrinos en la calle Carretas, el prelado pidió al comienzo de su homilía: “¡Santo Apóstol Santiago, haz que desde aquí resuene la esperanza!”.
En las últimas jornada de este encuentro que comenzó el jueves 3 de octubre han intervenido el cardenal Vincent Nichols, vicepresidente del Consejo de las Conferencias; Alain Paul Lebeaupin, nuncio ante la Unión Europea; Manuel Barros Prieto, secretario general de la COMECE, y Paolo Rudelli, observador permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa.
