Francisco a los obispos europeos: “En Santiago converge todo el continente”

“En Santiago, una ciudad del extremo oeste de Europa, converge todo el Continente. En ella se encuentran el centro y la periferia”. Así ha descrito el papa Francisco el carácter “simbólico para redescubrir la gran riqueza de Europa unida en su tradición religiosa y cultural” que tiene la ciudad de Santiago de Compostela. Lo ha hecho en su mensaje a los obispos que participan en la Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, que se celebra en la capital gallega del 3 al 6 de octubre bajo el tema ‘Europa, ¿hora de despertar? Los signos de esperanza’.

La temática escogida para este año “es una importante provocación para reflexionar sobre los caminos que se pueden seguir para dar nuevamente la esperanza” al continente. “De modo significativo, vuestro encuentro se celebra cerca de la tumba del Apóstol Santiago, que desde tiempos inmemoriales ha sido el destino de muchos peregrinos de toda Europa, quienes ponen sus aflicciones, súplicas y esperanzas en las manos del Apóstol”, ha subrayado el Papa, quien ha pedido a los obispos que “vivan estos días como un camino que tienda a ver los signos de esperanza que constelan Europa en nuestros días”.

Muchos de estos signos de esperanza están “con frecuencia escondidos” y a menudo “tendemos a no darnos cuenta” de que están ahí. Sin embargo, pueden descubrirse “a partir de la preocupación de muchos de nuestros hermanos por los que sufren y tienen necesidades, especialmente los enfermos, los presos, los pobres, los migrantes y los refugiados”, así como “en el compromiso en campo cultural, especialmente en la educación de los más jóvenes, que son el futuro”.

Promover la caridad

Por todo ello, Francisco ha exhortado a los obispos a que comprometan desde “la caridad”, pues este “es el camino principal de la vida del cristiano”. “Los populismos que en nuestros tiempos se extienden se nutren de la búsqueda constante de contrastes, que no abren el corazón, sino que lo aprisionan entre muros de resentimientos sofocantes. En cambio, la caridad se abre y hace respirar”, ha subrayado. Y es que la caridad “no enfrenta a las personas entre sí, sino que ve las necesidades de cada uno de nosotros reflejadas en la necesidad de los últimos, porque todos somos un poco indigentes, todos un poco frágiles, todos necesitados cuidados”.

Asimismo, el Papa ha insistido en que la caridad hacia el prójimo “nos estimula a reconocernos como hijos de un solo Padre, que nos creó y nos ama”. Por lo tanto, ha animado a los prelados a que su compromiso de “dar testimonio de fe” no disminuya, sobre todo en un tiempo “a menudo perdido, sabiendo que la fe no se transmite a través del proselitismo, sino a través de la atracción, es decir, a través del testimonio”.

No repetir el pasado

Sin embargo, Francisco ha subrayado que no se trata de representar “esquemas del pasado, sino de dejarnos guiar por el Espíritu del Señor para proponer la alegría que emana del Evangelio a los hombres y a las mujeres que encontramos en nuestro ministerio cotidiano”. Para ello, ha animado a los obispos a redescubrir “la figura de tres grandes mujeres santas que san Juan Pablo II proclamó copatronas de Europa el 1 de octubre de 1999: Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)”, ya que son ejemplo de “la caridad vivida en la familia, fundamento de toda sociedad humana, y como servicio al prójimo en la verdad y en el sacrificio”.

“Sus gestos sencillos están plenos de esperanza, pues están plenos de ese amor que nos hace plenamente humanos”, ha subrayado el Papa. “Al emprender este camino de cercanía al prójimo, al inclinarse sobre las heridas de los perdidos, indefensos y marginados, la Iglesia renovará su compromiso en la construcción de Europa”, ha añadido, recalcando su esperanza en un “nuevo humanismo europeo, capaz de dialogar, integrar y de generar3, valorizando al mismo tiempo lo que es más valioso para la tradición del continente: la defensa de la vida y de la dignidad humanas, la promoción de la familia y el respeto de los derechos fundamentales de la persona”.

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