Una capilla con el tejado de plástico entre las chabolas de Huelva

cofrades ante una capilla en construcción en un asentamiento chabolista de inmigrante en Lucena, Huelva, a cuya construcción están contribuyendo. Septiembre 2019

Frente al pinar, sobresale una chabola. Tiene planta cuadrada, una estructura levantada con palés de madera, recubierta de cartón y forrada de plástico de invernadero. Dos ventanas de viejas lamas de madera y una doble puerta de oficina. Una pequeña cruz en el techo. “Que le llamemos iglesia, capilla o centro de oración nos da un poco igual. Para nosotros, lo importante es que los migrantes la puedan usar”, afirma Javier Sánchez-Palencia, diputado de Caridad de la sevillana Hermandad del Santo Cristo de la Misión

Está en Lucena, Huelva, en de los cinco asentamientos chabolistas donde viven decenas de inmigrantes sin documentación.  En uno de ellos hay muchos magrebíes, que han logrado levantar una mezquita. “¿Y por qué no hacíamos nosotros una iglesia en una de las chabolas que sirviera también de centro de reunión y de local de formación, para dar cursos de español o hacer talleres de costura o cocina? La idea era que sirviera para rezar y, si se puede bendecir, para decir misa los domingos”.

Miserias e infraviviendas

Los hermanos de La Misión –como se conoce a la cofradía del barrio de Heliópolis y la parroquia de San Antonio María Claret– llevan ya unos meses acudiendo a estos cinco asentamientos, entre miserias e infraviviendas sin luz ni agua. Lo que vio Sánchez-Palencia lo resume fácilmente: “La verdad es que cualquier cosa es bienvenida, porque no tienen nada. Y la capilla es también una necesidad. Y son ellos los que están construyéndola”, asegura.

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