Obispos y religiosas del Perú en procura de la dignidad de niños y mujeres víctimas de violencia

  • Con un centro de escucha y atención buscan acoger espiritualmente, con calidad y calidez, a las personas afectadas  para canalizar el apoyo necesario
  • Uno de los aspectos fundamentales de esta iniciativa intercongregacional es que reúne la experiencia de religiosas que han venido trabajando con el tema durante años

¿Qué quieres que haga por ti? Ese es el nombre del centro de escucha para el menor y la mujer que la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) a partir de hoy, 16 de septiembre, pone a disposición, en su sede ubicada en Lima, para atender niños, adolescentes y mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de 5 congregaciones religiosas: Hermanas de la Santa Cruz, Sagrada Familia de Burdeos, Hermanas de la Caridad del Buen Pastor, Religiosas Adoratrices y Nuestra Señora de los Ángeles.

Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente de la CEP, ha dicho que con esta obra  buscan acoger “el pedido del Papa Francisco de dar prioridad en la Iglesia al especial cuidado de las personas que requieren mayor atención, tomando muy especialmente en cuenta a las víctimas que hayan sufrido vejaciones de distinta índole”.

Trabajar en sinodalidad

Asimismo Cabrejos ha manifestado que “el Centro de Escucha podrá acoger espiritualmente a las personas afectadas, recibir información o testimonio con calidad y calidez, detectar las necesidades y canalizar el apoyo necesario”.

A su vez ha invitado a otras congregaciones que deseen sumarse a no escatimar esfuerzos para trabajar en red, porque precisamente “trabajaremos en sinodalidad con las jurisdicciones eclesiásticas de todo el país, muchas de las cuales ya vienen desarrollando esta labor de escucha y cuidado con experiencias muy relevantes y eficaces” y “con la debida coordinación con las autoridades locales, regionales y nacionales que deben atender esta problemática”.

Experiencia intercongregacional

Uno de los aspectos fundamentales de esta iniciativa es que “reúne la experiencia de las congregaciones religiosas que han venido y actualmente trabajan con víctimas de violencia”, tal como lo ha sostenido la religiosa Noyli Ríos, coordinadora de este centro.

En este sentido el proceso de trabajo se hará en fases: “primero, se acogerá a las personas, se hará un registro del caso y un seguimiento de la ruta de atención y derivación a las instancias pertinentes de acuerdo con lo evaluado por el equipo de atención al mismo tiempo, se brindará asesoría legal, social y psicológica a las víctimas.”, ha explicado.

En un segundo momento “se acompañará a las personas para su reinserción familiar, social y laboral, y finalmente se les animará para que puedan apoyar a otras personas que pasan por una situación parecida a la suya”, subrayó.

Foto: CEP

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