“El Dios de la vida y del amor humano”, nueva declaración del episcopado argentino

La Comisión Episcopal  de Vida, Laicos y Familia dio a conocer un documento sobre la postura de la Iglesia con respecto al amor humano y la vida, cuyos destinatarios son los padres de familia, educadores, catequistas, comunidades educativas, y todos aquellos que están abiertos al diálogo respetuoso, humilde y caritativo. 

“Las nuevas circunstancias en las que se desarrolla hoy una cultura que ya no se inspira en los valores del Evangelio −donde se concibe la vida como don de Dios y el amor humano como participación en el Amor de Dios− sino que prescinde de Él”. Más bien, hoy se percibe el aumento “las esclavitudes que gritan a Dios, como lo son la violencia en todas sus formas, la trata de personas y la explotación de los más débiles, vulnerables y pobres…”.

Los puntos esenciales del documento

El documento asume “el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia”, en dos realidades fundamentales de la existencia del hombre: la vida y el amor humano.

Reafirman cercanía a los hombres y mujeres de nuestro tiempo con la propuesta “que nos impulsa a reconocer al otro, sanar las heridas, construir puentes, estrechar lazos y ayudarnos mutuamente a llevar las cargas”.

  • alientan a “aprender a convivir mediante el diálogo, el respeto por las diferencias y el anhelo en procurar siempre el bien del otro.
  • Con respecto al aborto, renuevan el compromiso de la “defensa de la vida humana”. “No es lícito quitar la vida de un inocente”. “En el plano legislativo, la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural es una exigencia de justicia”.
  • La misma defensa de la vida nos lleva a cuidar de los niños no nacidos, pero también la vida de los pobres, de los indefensos, de los vulnerables: toda vida es sagrada, vale toda vida.
  • En el punto “Nos creó varón y mujer”, afirma que “existe hoy una clara necesidad de volver a afirmar y clarificarnos respecto de esa diferencia y reciprocidad entre varón-mujer”, y precisa que “la diferencia sexual no comporta separación, contraposición, ni superioridad del uno sobre el otro, sino más bien distinción en la comunión recíproca”.
  • “la ideología genéricamente llamada gender… niega la diferencia y la reciprocidad natural entre la mujer y el varón, y se constituye como una seria amenaza al vínculo primario y esencial del binomio humano”.

Confiados en que esta propuesta cristiana tiene una palabra luminosa, liberadora y de esperanza para vivir con sentido, alegría y plenitud la vida y el amor humano, ven como una necesidad recrear permanentemente la mirada de Dios sobre la realidad que nos toca vivir.

Esperan “contribuir a una auténtica cultura del encuentro, de la vida y del amor humano, junto con todos los que estén abiertos a una intercomunicación personal y pluralista, y buscan sinceramente el bien de todos, sin marginar ni excluir a nadie”.

 

 

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